Hoy vamos a hacer un repaso a los looks nupciales de la nueva generación de reinas o que en un futuro se verán llamadas a serlo.
La primera es la risueña Máxima de Holanda, amante de los sombreros y los colores chillones, se casó con Guillermo Alejandro cuando aún era el heredero vestida por Valentino.
Matilde es la discreta esposa del rey Felipe de Bélgica contrajo matrimonio con un vestido diseñador por su compatriota Edouard Vermeulen.
Letizia Ortiz, la que se convertirá estos días en reina de España por su matrimonio con el príncipe Felipe, llevó un vestido de Pertegaz.
Charlene Wittstock se casó con Alberto II cuando este ya era soberano de Mónaco. Lo hizo con un vestido de Armani.
En Suecia, vieron casarse a la heredera al trono, la querida princesa Victoria, con un vestido de Pär Engsheden.
En la vecina Noruga vieron como su heredero Haakon Magnus se casaba con Mette-Marit, una joven con un pasado rebelde, pero que tardó poco en ganarse el cariño del pueblo. Su vestido era de Ove Harder Finseth.
Dinamarca vivió con entusiasmo la boda de su heredero Federico con la guapísima australiana Mary Donaldson que llevó un diseño de Uffe Frank.
La Gran Duquesa de Luxemburgo es muy fan de Elie Saab, así que no fue extraño ver a su nuera Stéphanie de Lannoy llevando un diseño suyo para casarse con su hijo Guillermo.
En Reino Unido nos encontramos con el heredero Carlosy el heredero del heredero Guillermo. El primero se casó en segundas nupcias con Camilla Parker, su amante de toda la vida. El segundo con su novia desde la universidad, Kate Middleton de Alexander McQueen.
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