Nuestro Derechos Asertivos (III)

Por Centro Psiconet

Tengo derecho a…

  1. No necesitar la aprobación de los demás

Agradar a los demás es estupendo y nos gusta a todos, pero no es posible hacerlo siempre.

Hay un cuento bastante conocido llamado “La familia y el burro”. Es la historia de un abuelo, una madre y su hijo pequeño, los cuales viajan alrededor de varios pueblos acompañados por su burro.

Inician el camino todos a lomos del animal. Al llegar a su primer destino son recibidos con comentarios como “¿No les dará vergüenza maltratar así al pobre animal?”, por lo que deciden que sea solo el niño quien se suba.

“¡Vaya un tirano! Obligar a ese anciano a ir andando…”

Para intentar zafarse de estas críticas, llegan al tercer pueblo todos caminando…

“¿Pero no se dan cuenta que llevan un medio de transporte a su lado? Mira que no montar en el burro…”

La conclusión de este relato es sencilla: Hagas lo que hagas, siempre habrá alguien a quien le parecerá mal, por lo que basar nuestras acciones según lo que vayan a pensar los demás es altamente frustrante, ya que quien quiere criticarnos no necesita motivos para hacerlo.

Tengo derecho a…

  1. Salir del camino habitual

La lógica y el razonamiento suelen basarse en afirmaciones rotundas, pero nuestros deseos, motivaciones y emociones suelen estar mezclados y confusos.

En ocasiones haremos locuras, cosas que nadie se esperaría. Este derecho es la defensa a explorar, innovar y a no quedarnos con las ganas.

Tengo derecho a…

  1. No entender las decisiones ajenas

Está claro que a veces seremos nosotros los que no entendamos o critiquemos a los demás, por eso es importante tener presente que no necesitamos compartir el criterio del otro ni llegar a entender sus argumentos o decisiones.

No somos adivinos, ni razonamos de la misma forma, por lo que pretender que acabemos comprendiendo las razones que llevan a otro a actuar o pensar de una forma u otra es misión imposible.

Nuestro objetivo consiste en asumir que somos diferentes y que, aunque nosotros no actuaríamos de esa forma esa persona tendrá sus razones para hacerlo.

Tengo derecho a…

  1. No ser perfecto

Por la sencilla razón de que nadie puede serlo.

Además, si nuestras expectativas son realistas y sabemos lo que está a nuestro alcance y lo que no, será más probable que alcancemos nuestros objetivos y mantengamos la motivación para seguir avanzando a pesar de las piedras que nos encontremos por el camino.

Si no conseguimos llegar a la meta pero somos capaces de hacer un balance completo de nuestro recorrido no nos veremos arrastrados por el derrotismo típico de la auto-exigencia injusta.

Al repasar este decálogo nos queda claro que tenemos derecho a juzgar nuestros actos independientemente del resultado final, que podemos decir NO asumiendo que los demás no se lo tomen del todo bien… Pero es importante tener en cuenta que los demás también tienen estos derechos, que podrá sentarnos mal que alguien nos niegue una explicación. La diferencia es que si aceptamos que tendrá sus razones para no dárnosla nuestra reacción y forma de comunicarnos será más efectiva y sana.