Ahora: buscá en el fondo del placard, en el arcón de los recuerdos, en tu habitación de infancia. Aquellos muñequitos producidos en serie y de las series de TV o los dibujos animados, aquellos peluches ya empolvados y esos plásticos horribles, aborrecibles... que ahora, gracias a los tiempos de crisis, de creatividad remixada, reciclada y de dudosa autoría son "trés chic"! Atalos con alambre, con cinta, con piolín, con todo junto. Es el momento más conciente de la parodia.
El falso brillo, los colores llamativos y las terminaciones rápidas están a la moda.
No importa si de imitación o verdadero, si hay miseria que no se note, el mundo entero se conforma con salvar las apariencias y entonces, todo lo que sirva para ello es bienvenido, sobre todo si es ready- made.
Sin más trámite las seguidoras de la moda también seremos bienvenidas con bombos y platillos al KITSCH, donde el arte de soñar ha sido sustituido por el acto de ver.