Nuevas conversaciones en GetxoPhoto 2017

Por Photosatriani @artimprove

Aunque la edición 2017 se acaba de finalizar, si tuviera que aconsejar por dónde empezar la visita a GetxoPhoto, sin lugar a duda diría por la Sala Torrrene, por las propuestas innovadoras que allí se ofrecían. Dos sobre todas: “Jaywalkers” de Dries Depoorter y “Death Tolls experience” de Ali Eslami.

En general, las propuestas visuales que se presentaban en esta sala, ofrecían al visitante interesantes oportunidades de reflexión sobre lo que es y será el arte visual que, con las nuevas tecnologías, va asumiendo formas y contenidos que se alejan enormemente de lo que tradicionalmente ha sido la aproximación a un cuadro, a una fotografía y hasta a un vídeo. Se trata de una (re)-evolución que causará perdedores y ganadores; seguidores y detractores; re-ajustes y carreras hacia adelante. Está claro para mí que, en un contexto como este, la fotografía está destinada a revisar y reconstruir el mensaje que ofrece si no quiere desaparecer como forma de arte visual. Tendría en mi opinión que dejar la exagerada tendencia conceptual en la cual se ha metido en los últimos años, porque las nuevas formas de arte visual ofrecen un vehículo mucho más potente y expresivo, y recuperar el contacto directo con la esfera sensorial; volver a la artesanía del proceso; re-descubrir la dimensión más íntimamente emocional.

En Jaywalkers, Dries Depoorter (artista Belga aunque dice que vive “on-line”) nos mete en el mundo horrible y agobiante del “Gran Hermano” que todo ve, controla y nos delata. Ha “hackeado” tres cámaras de seguridad en EEUU y en Canada, permitiéndonos de ver “live” lo que ocurre in tres anónimos cruces de carreteras con semáforos, de vete a saber cuál ciudad. Asociada a cada pantalla hay un pulsante rojo que podemos apretar si vemos un peatón o un coche que pasa con el rojo. Si esto ocurre, automáticamente se envía una denuncia por e-mail a la comisaría más cercana!!!

En Death Tools Experience, Ali Eslami nos materializa violentamente y visualmente los asépticos números de muertos relativos a las guerras actuales y a los flujos migratorios, que nos hemos acostumbrados a escuchar casi diariamente como frías estadísticas y no por lo que realmente son: personas que ya no existen, con todo lo que esto conlleva en su entorno. Para esto, nos propone un fascinante, inquietante, poético, brutal viaje de realidad virtual, en el cual el espectador se transforma en testigo presencial del inmenso número de cadáveres alineados y envueltos en bolsas blancas, haciéndonos sentir cercanos al drama y llegando a tocar nuestras cuerdas más íntimas de culpabilidad. Sus planos visuales son de una tal belleza y de una poética tan altamente sensible que, en parte amortiguan la crudeza del mensaje, raptándonos, centrifugándonos y devolviéndonos aquella compasión y empatía que hemos perdido.

La próxima semana os contaré del resto de las exposiciones que he visitado en GetxoPhoto.