En una guía publicada en el Journal
of the American Academy of Dermatology están descritas unas nuevas recomendaciones para el
diagnóstico, la evaluación y el tratamiento de la hidrosadenitis supurativa. Los
autores señalan que la estadificación de Hurley se recomienda para clasificarla en el entorno clínico. Las pacientes deben ser
evaluadas para detectar comorbilidades, como diabetes, síndrome metabólico,
depresión, ansiedad y síndrome de ovario poliquístico. Además recomiendan modificaciones
en el estilo de vida, que incluyen dejar de fumar, y bajar de peso. El
tratamiento quirúrgico incluye la eliminación de nódulos y túneles recurrentes;
incisión y drenaje para aliviar el dolor en abscesos agudos; y dióxido de
carbono o escisión electroquirúrgica para lesiones crónicas extensas. Es
probable que la terapia médica en el período preoperatorio sea beneficiosa. El
manejo del dolor debe comenzar con el control de la enfermedad y se deben
considerar los aspectos multidimensionales del dolor. Las pautas sugieren que
la clindamicina tópica puede reducir las pústulas, pero conlleva un riesgo de
resistencia bacteriana; Se recomienda la crema de resorcinol, pero puede
inducir dermatitis de contacto. Las tetraciclinas se recomiendan por 12 semanas
o mantenimiento a largo plazo en la enfermedad leve a moderada. La clindamicina
más rifampicina es una combinación efectiva para el tratamiento de segunda
línea. Por ultimo se deben considerar los agentes hormonales en las pacientes
femeninas apropiadas.