1. Vitamina C: es básica para una alimentación completa y equilibrada. Además, refuerza las defensas del organismo y antioxidante. Lo mejor: un zumo de naranja y limón recién hecho cada mañana, se sentira más fuerte y se evitara resfriados.
2. Vitamina A: fundamental para el buen funcionamiento de toda la actividad celular.
3. Vitamina B: es muy importante para el organismo porque fortalece el sistema nervioso, favorece la buena circulación sanguínea y protege la piel.
4. Hierro: aporta fuerza y resistencia a todos los tejidos musculares del cuerpo. Especialmente beneficioso si se tiene anemia.
5. Calcio: es esencial durante toda la vida para que los huesos se mantengan sanos y fuertes. En las mujeres a partir de los 45 años ayuda a prevenir problemas futuros derivados de la menopausia.
6. Magnesio: un mineral imprescindible para el organismo ya que fortalece el corazón y ayuda a mantener en forma el sistema nervioso.
7. Jalea real, ginseng y polen: un cóctel de los tres sentará de maravilla si se levanta cansado y sin energía. Además, equilibran el estado de ánimo y fortalecen el sistema nervioso.
8. Zinc: la deficiencia de este mineral se asocia con la aparición de acné y con alteraciones del sistema nervioso, como la fatiga o la depresión. Se encontrará en el marisco (se recomiendasn las ostras), en la carne, en los lácteos y en las verduras.
9. Fósforo: la falta de fósforo repercute en la fatiga de los huesos, dolores musculares, somnolencia y disminución de los reflejos. Está presente en el pescado, el arroz, los huevos, la pasta y los guisantes.
La sopa es una manera saludable de enfrentar el invierno, ya sea como aperitivo o un tentempié. Hay muchos tipos de sopas saludables que se puede tener durante el invierno como la sopa de tomate, sopa de papa al horno, sopa de calabaza, sopa de pollo, sopa de cebolla francesa, sopa de verduras mixtas y mucho más. Aparte de calor, las sopas también proporcionan los nutrientes necesarios para mantener saludable el cuerpo.