El infarto del miocardio provoca una respuesta inflamatoria
en el corazón que elimina el tejido dañado para promover la reparación y la
regeneración. Sin embargo, la inflamación hiperactiva o prolongada impide la
curación, lo que sugiere que reducir esta inflamación puede conducir a mejores
resultados. Anteriormente los científicos, Lan Wu, y Luc Van Kaer, identificaron
una subpoblación de linfocitos B reguladores en el tejido adiposo de ratones
obesos que secreta interleucina-10 (IL-10), una citocina antiinflamatoria que
protege contra resistencia a la insulina asociada a la obesidad. Publicado en las
Actas de la Academia Nacional de Ciencias, estos investigadores acotan ahora
que descubrieron que las células B productoras de IL-10 en ratones están
altamente enriquecidas en tejido graso que se acumula alrededor del corazón. Después del
infarto de miocardio, las células aumentan en número y se mueven al corazón
dañado, donde disminuyen la inflamación y protegen contra lesiones y
disfunciones adicionales. Los investigadores concluyeron que las células B
productoras de IL-10 mejoran el resultado del infarto de miocardio y son
objetivos potenciales para el desarrollo de medicamentos que se utilizarían inmediatamente
al evento isquémico.