Cuando visitamos a alguien para escucharlo, ayudarlo, atenderlo, darle paz, darle júbilo, lo estamos queriendo. Cuando visitamos a alguien para contarle rollos, hablar sin parar de nosotros mismos, hablar mal de otros, transmitir negatividad, no escuchar al otro y finalmente quitarle su paz interior, no lo estamos queriendo. No podemos visitar a alguien simplemente porque estamos aburridos, para llenar nuestro tiempo, sin tener en cuenta a la persona a la que vamos a visitar. Al visitar a alguien es más positivo ir con la intención de ofrecerle un rato agradable, al final nos sentiremos satisfechos, y esa persona también se sentirá satisfecha.El consejo 81 de Gurdjieff a su hija fue:
Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo.