O corres o te callas – o reconoces tu miedo

Por Valedeoro @valedeoro

¿Cuántas decisiones de tu día a día se basan en el miedo? El miedo de fracasar, el miedo de no ser suficiente, el miedo de perder, el miedo de enfrentarte a lo desconocido. Es una emoción fascinante, más fuerte que las recompensas y los objetivos. Te guía y te protege - esto era su razón de ser: cuando te enfrentas a un tigre es importante reaccionar (o sea, salir corriendo). A no ser que el tigre no te haya visto todavía. Entonces es mejor quedarse quieta para no atraer su atención. El miedo te ayuda a tomar esta decisión.

Tus opciones: o corres o callas

Bajo la lógica del miedo hay dos opciones:

  1. Puedes alejarte del peligro para que no te pueda perjudicar.
  2. O puedes moverte con mucho cuidado para no llamar la atención.

La clave para una larga vida es estar alerta y pasar desapercibida - o por lo menos así era cuando aún compartíamos el habitat con tigres salvajes.

Los peligros del siglo XI son diferentes: la mirada de reproche de tu jefe cuando presentas una nueva idea, el cotilleo de los vecinos cuando tu hija se viste diferente, el vacío cuando nadie lee tus palabras, el silencio helado de tu madre cuando le presentas tu pareja. Desde luego no hay peligro de muerte, aunque el sufrimiento parece indicar que si.

El miedo que te empuja hacer... nada

La solución que te ofrece tu celebro sigue siendo la misma: o corres o te callas.

Puedes hacerte autónoma para no tenerle que rendir cuentas a nadie, o te puedes callar tus ideas. Puedes mudarte de comunidad, o aguantar que hablen a tus espaldas. Puedes abandonar tu blog, o aceptar que lo que escribes no tiene interés. Puedes buscarte una pareja que le agrade a tus padres, o puedes omitir el hecho de que ya vives con ella.

Todas estas opciones tienen algo en común: te enseñan a ignorar tus ideas, tus oportunidades y tus sueños. Son la receta para amoldarte al qué dirán - quizás a costa de tus propios valores y prioridades.

La incomodidad refleja oportunidad

Tu cerebro entiende que todo lo que crea incomodidad es peligro y se olvida que a veces es importante atravesar la incomodidad para llegar a donde quieres llegar. Si, existe una tercera opción más allá de correr o callar, siempre y cuando la situación te importa lo suficiente.

A veces callarte o salir del camino puede ser la opción más inteligente para no desgastar tus energías: si la reunión de tu universidad te da mal rollo, no vayas. Si sabes que tu afiliación política te hará el blanco de comentarios idiotas en el trabajo, no lo menciones.

Sabes que es el momento de buscar otra opción, cuando por mucho callar o correr sigues sintiéndote miserable.

No te calles, no corras, crea tu nueva realidad

Enfrentarte a tus miedos no es fácil. Y tampoco es imposible. No hace falta que vayas corriendo a abrazar el tigre. A lo mejor es suficiente que avises que estés ahí, para que el tigre se espante y salga corriendo.

La realidad es más complicada y más simple de lo que crees: tu jefe se pregunta cuando empezarás a contribuir de verdad. Las vecinas ya se han buscado otro objetivo para sus cotilleos. Tu blog tiene más lectores de lo que crees (y si utilizaras google analytics, lo sabrías). Y tu madre en el fondo tan solo quiere que seas feliz.

¿Qué miedo vas a reconocer hoy?