Según recientes estudios, uno de cada tres niños españoles de entre 3 y 12 años tienen sobrepeso, un problema que si no se controla a tiempo puede generar obesidad. Es responsabilidad de todos evitar que las nuevas generaciones presenten un factor de riesgo tan peligroso desde edades tempranas.
La prevalencia de obesidad infantil está considerada como la epidemia del siglo XXI. Ya en 2010, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), el 27,6% de los niños españoles sufría sobrepeso u obesidad. Un estudio reciente presentado por la Fundación Thao, demuestra de la tendencia sigue en aumento: un 29,3% de los niños españoles de entre 3 y 12 años tiene sobrepeso u obesidad (21,1% tiene sobrepeso y 8,2%, obesidad). Con estas cifras, España se coloca en primer puesto en del ranking de países de la Unión Europea con mayor tasa de obesidad infantil.
-Sobrepeso y obesidad, ¿son lo mismo?
Hablamos de sobrepeso cuando se tiene un exceso de peso de entre un 10 y un 15%, mientras que la obesidad es la acumulación excesiva en el organismo de reservas de energía en forma de grasa. Nos referimos a obesidad cuando el índice de masa corporal, un parámetro que relaciona el peso y la talla, supera 30 kilos por metro cuadrado. La obesidad infantil, además de suponer un problema de autoestima, aumenta la dificultad para realizar actividades físicas, fomenta la discriminación entre los demás niños e implica un importante riesgo para la salud, contribuyendo a la aparición de enfermedades coronarias, diabetes, hipertensión arterial, infarto cerebral, apnea del sueño u osteoartritis.
¿Qué se esta haciendo mal?Aunque la obesidad puede tener un componente hereditario (se estima que si alguno de los padres es obeso, el hijo tiene un 50% de probabilidades de serlo; mientras que si ambos lo son, el riesgo aumenta a un 80%), el exceso de peso depende en mayor medida de una deficiente alimentación diaria y la falta de actividad física periódica.La dieta mediterránea es la gran ausente en muchas familias españolas. La mayoría de los niños son alimentados de forma desequilibrada y calórica, recurriendo demasiado a la bollería industrial y muy poco al consumo de frutas y verduras. Incidiendo en esto, resulta especialmente preocupante que los pequeños cada vez desayunen peor.
Según la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), solo un 3% de los niños realiza un desayuno completo que incluya frutas, lácteos y cereales. Otro aliado de la obesidad es la tendencia al sedentarismo de los jóvenes españoles, quienes en los últimos tiempos incrementan sus horas frente a la televisión, el ordenador o la videoconsola en detrimento de la practica diaria de los 20-30 minutos de ejercicio físico que recomiendan los expertos.
**Sociedad Española de Cardiología