El primer equipo óptico que debería poseer todo aficionado a la astronomía es un binocular o prismático. Con este instrumento se pueden localizar objetos que luego se pueden observar con telescopios más potentes, es una herramienta muy útil para empezar a reconocer el firmamento y se pueden realizar observaciones muy satisfactorias. Reúne tres funciones muy importantes:
– Una gran luminosidad (la pupila de salida varía entre 4 a 7 mm), gran capacidad de maniobra para seguir objetos en el firmamento, como por ejemplo satélites, y para observar sucesivamente varios objetos en el cielo, y por último un Campo de visión muy amplio.
Los prismáticos tienen unas especificaciones que nos indican la potencia de estos, se trata de dos números con una x en el centro, como por ejemplo 7×50, 8×30, 15×80 etc. el primer número representa los aumentos y el segundo el diámetro de la abertura en milímetros de la lente frontal. El poder de captación del prismático crece con el tamaño de las lentes, así un 7×50 da muy buenas observaciones pues tiene un tamaño de 50mm de abertura con lo que tenemos más campo de visión y entra mucha más luz, observando objetos más débiles.
Esquema de un prismático: el rayo luminoso es reconducido por dos prismas para reducir el tamaño del prismático.
Los prismáticos se pueden adaptar a cada persona a partir del eje de ajuste de distancia entre los ojos así como el enfoque del objeto que se hace individualmente para cada ojo. Primero se enfoca para la visión del ojo izquierdo usando la rueda de enfoque y finalmente se enfoca para el ojo derecho a partir de la rueda de enfoque del ocular. Sí tienes gafas te las tienes que quitar para utilizarlos ya que se adapta a tu visión, a no ser que sufras astigmatismo.
El prismático más usado es el de 7×50, pero sí se quiere observar más detalles de astros que presenten una superficie aparente, como Venus, Júpiter o la Luna sería mejor disponer de prismáticos de 12 a 15 aumentos, como por ejemplo un 15×80, aunque estos son más pesados e incómodos y también más caros. También es aconsejable disponer de un trípode para prismáticos para así realizar las observaciones con gran estabilidad y comodidad.
Una vez los tengáis ya podéis adentraros por el firmamento de una forma sencilla, podéis observar estrellas dobles, la Luna, algún cúmulo, planetas… es una autentica aventura, incluso simplemente coger los prismáticos y empezar a mirar al azar el firmamento, os aseguro que descubriréis zonas increíbles (os recomiendo observar hacia la zona más densa de la vía láctea, y en particular la zona de Sagitario).