El culto al cuerpo es la epidemia del siglo XXI. Nuestra preocupación por el físico puede llevarnos a terrenos peligrosos. A continuación analizamos distintos trastornos derivados de la fijación por la imagen y la salud.
Ortorexia
La ortorexia es un fenómeno relativamente reciente. El termino se acuñó por primera vez en 1997 y se refiere a la obsesión por comer sano. Todavía no esta considerado como un trastorno alimenticio, pero hay quienes afirman que los que lo padecen pueden llegar a sufrir desnutrición.
Evitan a toda costa alimentos que contienen elementos que ellos consideran “peligrosos” como grasas, conservantes o colorantes artificiales. Su necesidad por controlar lo que ingieren les lleva al aislamiento social, pues las comidas con otras personas supone una auténtica pesadilla para ellos.
Anorexia nerviosa
La anorexia es un fenómeno mucho mas estudiado. Se trata de un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por la restricción de alimentos, lo que lleva a una gradual disminución de peso. La edad de inicio suele situarse en la adolescencia (en torno a los 12 años) y es diez veces mas frecuente en las mujeres.
Es importante aclarar que la mayoría de los jóvenes pasan por fases en las que su relación con los alimentos cambia, pero es algo normal en la adolescencia, una etapa de por sí llena de cambios tanto físicos como psicológicos. La clave para identificar la anorexia es ese miedo patológico a aumentar de peso. Clínicamente, hablamos de esta enfermedad cuando el índice de masa corporal es inferior a 17,5.
Hay colectivos mas propensos a sufrirla: modelos, bailarinas, gimnastas. Aunque muchas veces el desencadenante suele ser un suceso traumático, como la muerte de un ser querido o la separación de los padres.
Vigorexia
La vigorexia no es un trastorno alimenticio propiamente dicho. Se encuadra dentro de un grupo de trastornos llamados dismorfias corporales. Quienes las sufren viven obsesionadas con mejorar unos supuestos defectos físicos. En el caso de los vigoréxicos, este “defecto” es la delgadez y el “remedio” es aumentar la masa muscular de manera compulsiva.
Si la anorexia es una enfermedad típicamente femenina, la vigorexia es masculina. La edad de inicio también es mas tardía, en torno a los 18 anos. En ambos casos cuidan mucho los alimentos que ingieren. Pero ademas, los vigoréxicos pueden caer en el consumo de drogas con el objetivo de aumentar rápidamente el desarrollo muscular.
Se estima que el 10% de las personas que acuden regularmente al gimnasio son víctimas de la vigorexia. El perfil del paciente son personas introvertidas, inmaduras y con baja autoestima. También puede estar vinculada a problemas de ansiedad, depresión y trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Obsesión por la cirugía estética
Aunque este fenómeno no ha sido bautizado, como la vigorexia, es otra de las manifestaciones del trastorno dismórfico corporal que mencionabamos en el apartado anterior.
Es común entre las personas que padecen este trastorno obsesionarse con una parte concreta de su rostro: la nariz, los ojos, las ojeras, los labios, la barbilla, el pelo, la piel…
Para intentar reducir la ansiedad llegan a gastarse gran cantidad de dinero en productos de belleza y en cirugía estética. Al no quedar nunca satisfechos, vuelven a pasar por el quirófano en incontables ocasiones. En casos extremos pueden hacerse cirugias caseras.
Como la vigorexia, se relaciona con problemas de ansiedad, depresión y TOC. Quienes sufren este trastorno suelen aislarse hasta el punto que llega a afectar su vida familiar y laboral.
Tanorexia
La fijación por el bronceado se encuadraría, de nuevo, dentro de los trastornos dismórficos corporales.
En un estudio de la Universidad de Texas el Doctor Richard Wagner concluyó que este fenómeno podría estar relacionado con el hecho de que la luz ultravioleta produce gran cantidad de endorfinas en nuestro organismo. Sin embargo, otros autores apuntan a factores socio culturales. Y es que dificilmente podemos imaginar una enfermedad así en una sociedad que valorara la palidez por encima del bronceado. Parece obvio que los cánones de belleza de la actualidad tienen mucho que ver, al igual que en el resto de trastornos mencionados anteriormente.
Blancorexia
Un rostro perfectamente simétrico, un cuerpo esbelto para ellas o musculoso para ellos y todos bien bronceados. Falta la guinda del pastel: una sonrisa alineada y blanca como la nieve.
La necesidad imperiosa de lucir unos dientes blanquísimos es otra dismorfia que puede llegar a alterar la salud bucodental. En ocasiones estas personas hacen tratamientos por su cuenta y sin la supervision de un professional. Grietas, hipersensibilidad dental, lesiones en la pulpa e incluso pérdida de piezas son algunas consecuencias de abusar de los tratamientos blanqueantes.
Si sospechas de alguien conocido que sufre alguno de estos trastornos es importante ponerse en manos de un psicólogo o incluso psiquiatra.
Este artículo ha sido escrito por Carlota Escandon, creadora de contenidos para
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“El cuerpo no es más que un medio de volverse temporalmente visible”
Amado Nervo (27 de agosto de 1870,México - 24 de mayo de 1919 Montevideo, Uruguay)
Escritor, poeta, diplomático
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