Cuando uno quiere dejar de fumar, se topa con obstáculos. Además, las investigaciones demuestran que casi el 90% de los dan un traspié caen de nuevo en el vicio y no logran librarse de él. De modo que si usted está intentando abandonar el tabaco, será más probable que lo logre si se prepara de antemano para superar los obstáculos. Veamos cuáles son los más comunes.
Las ansias por la nicotina. Normalmente alcanzamos su punto máximo durante los primeros tres días después del último cigarrillo y disminuyen unoas dos semanas más tarde. En ese tiempo, "los deseos van y vienen, no son constantes", recuerda un ex fumador. E incluso años después, quizás sienta de pronto la necesidad de fumar. Si le sucede eso, no se deje llevar por el impulso. Espere unos cinco minutos, y verá como se le pasa.
Otros síntomas de abstinencia. Al principio, a muchos les cuesta mantenerse despiertos o concentrarse, y tal vez tiendan a engordar. También pueden experimentar dolor, picazón, sudoración y tos, así como cambios de humor que se manifiestan en impaciencia, propensión a la ira o hasta depresión. La mayoría de los síntomas, sin embargo, disminuyen en un lapso de 4 a 6 semanas.
A lo largo de esta etapa difícil, hay algunas cosas prácticas que le pueden ayudar. Por ejemplo:
. Dese más tiempo para dormir.
. Beba mucha agua o jugo, y lleve una dieta sana.
. Respire profundamente e imagínese que está llenando sus pulmones de aire puro.
Desencadenantes. Son circunstancias o estados de ánimo que pueden despertarle las ganas de fumar. Por ejemplo, quizás acostumbraba encender un cigarrillo cuando bebía algo. De ser así, no pase mucho tiempo con su bebida en la mano. Por supuesto, más adelante podrá disfrutarla con calma.
Con todo , hay vínculos psicológicos que pueden persistir mucho después de haberte desintoxicado. Torben (un ex fumador) admite: "Han pasado 19 años que deje de fumar, y todavía siento la tentación durante la pausa del café". Como regla general, sin embargo, la relación entre el cigarrillo y ciertas circunstancias específicas irá perdiendo fuerza con el tiempo.
Pero no sucede lo mismo con el vínculo entre el alcohol y el tabaco. De hecho, quizás tenga que abstenerse de las bebidas alcohólicas y evitar los lugares donde se sirven, ya que un alto porcentaje de recaídas se producen cuando se bebe ¿Por qué?
. El alcohol, hasta en pequeñas cantidades aumenta la sensación de placer que genera la nicotina.
. Beber socialmente suele ir de la mano con el consumo de tabaco.
. El alcohol nubla el juicio y reduce las inhibiciones. Con razón dice la Biblia que "el vino y el licor nublan el juicio".
Compañías. Elíjalas bien. Por ejemplo, evite estar innecesariamente con personas que fuman o que pudieran invitarlo a fumar. Además aléjese de personas que, con burlas o de otra forma, traten de socavar sus esfuerzos.
Emociones y estrés. Según un estudio, casi dos terceras partes de los que volvieron a fumar se habían sentido estresados o airados justo antes de recaer. Si nota que su estado de ánimo ha despertado en usted las ganas de fumar, haga algo que lo distraiga, como beber agua, mascar chicle o salir a caminar. Procure llenar su mente de pensamientos positivos.