El ocio y el descanso siempre están bien, pero no por ello deben dejarse de lado las buenas costumbres o rutinas diarias de ejercicio físico establecidas durante los meses anteriores. (Para qué echar a la borda el esfuerzo que se ha ido haciendo durante el invierno…)
Por ello, y por si os sirve de estímulo para no abandonar, (o quizá para empezar) a practicar regularmente ejercicio físico, algunos consejos para manteneros en forma este verano y/o sin salir de casa, son los siguientes:
1.- Escoged un espacio de vuestra casa (por pequeña que sea) y asociadlo al ejercicio. Esta elección es mucho más importante de lo que uno cree. Se tiende a pensar que el salón es el lugar más indicado para hacer ejercicio ya que es, normalmente, la habitación más amplia de la casa. Sin embargo, lo ideal es escoger un espacio que se logre, con el paso del tiempo, asociar al “espacio del ejercicio”. Así, este lugar debe de estar bien despejado, ventilado, iluminado y tener una temperatura adecuada. (Eso no quita que no pueda ser el salón, eh?)
2.- Planteaos unos objetivos asumibles y poneos manos a la obra. No os pongáis metas que no podáis cumplir, ya que vuestra probabilidad de abandono será mayor. Tampoco establezcáis unas rutinas solamente porque las hace vuestro amigo o compañero.
Porque no todo el mundo tiene el mismo cuerpo, las mismas necesidades y los mismos objetivos, no todo el mundo debe hacer los mismos ejercicios. (Si tenéis la ocasión, nada mejor que consultar con un entrenador personal para que os haga una tabla específica a vuestra condición física y posibilidades).
4.- La música, una gran e importante aliada! Sí, porque la música provoca sonrisas, anima a todo el mundo y ayuda a ponerse en forma: da energía, vigor y ganas de hacer ejercicio. Por este motivo, es importante tener música de fondo, porque con ella hacer ejercicio resultará aún más entretenido.
5.- Recordad que calentar antes y después del ejercicio es fundamental. Como todo el mundo sabe, el calentamiento previene de posibles lesiones y no sólo eso sino que, además, predispone el cuerpo y la mente para hacer ejercicio; es la clave de la estimulación, como tal, es necesario dedicarle al menos cinco minutos. No hay que olvidar una cosa: el calentamiento no debe causar fatiga o cansancio sino que debe servir para relajarse buscando alcanzar el grado de activación perfecto para ponerse manos a la obra con los ejercicios y tras ellos. (Es igual de importante estirar antes como después de cualquier entrenamiento). Los estiramientos no sólo previenen las agujetas, los tirones y los dolores sino que aumentan la relajación física y mental, y ayudan a afrontar mejor el día.
7.- Hay que ser previsor y pensar qué haríamos si nos da un golpe de calor, algo muy frecuente durante el verano. Lo primero de todo es relajarse y dejar unos minutos el ejercicio que se esté haciendo, hidratarse bien (agua o bebidas isotónicas) y dar sorbos pequeños, mojar un poco una toalla y humedecerse el cuerpo para bajar la temperatura corporal. Si hay alguien en casa tener ayuda será más fácil. Ni se os ocurra forzar vuestra “máquina” (el organismo). Parad y descansad, o abandonad la sesión hasta otro día.
Todos no todos queremos lo mismo, y todos no necesitamos realizar los mismos ejercicios y repeticiones. Pensad en vuestros intereses, objetivos, metas y sobre todo en los resultados de éxito a medio y largo plazo!! No hay nada mejor que sentirse bien físicamente!!! ¿No pensáis lo mismo?