Ocho de cada 10 ciudadanos consideran que el reciclado ayuda a luchar contra el cambio climático

Por Fat

El reciclado de medicamentos es uno de los hábitos medioambientales y sanitarios más extendidos en los hogares españoles. En concreto, durante el pasado año, se reciclaron a través de los 20.654 Puntos SIGRE de las farmacias de España una media mensual de 5,99 kilos de envases y restos de medicamentos por cada 1.000 habitantes, lo que ha supuesto un incremento con respecto al año anterior de un 13,23%. Estas cifras confirman la alta participación de los españoles en el reciclado de medicamentos, que se mantiene por octavo año consecutivo.
Las Comunidades Autónomas que más colaboran en el reciclado de medicamentos son Navarra con 8,02 kilos de media mensual por cada 1.000 habitantes, Cataluña con 7,51 kilos, Aragón con 7,06 kilos, Murcia con 6,49 kilos y la Comunidad Valenciana con 6,39 kilos. Por su parte, Canarias con un crecimiento del 27,63%, Navarra con un 22,07%, Baleares con un 20,36% y Asturias con un 17,83% son las comunidades autónomas donde más creció el reciclado de medicamentos el pasado año.
-El ciudadano y el reciclado de medicamentos
Según un estudio de opinión realizado por SIGRE Medicamento y Medio Ambiente, los ciudadanos están cada vez más concienciados de la necesidad de reciclar correctamente los restos de medicamentos y sus envases, ya que el 86% considera que tirar estos residuos a la basura o por el desagüe puede entrañar algún riesgo para el medio ambiente y, por tanto, requieren de un tratamiento medioambiental específico.
Gracias a la iniciativa de la industria farmacéutica, que impulsó la puesta en marcha de la recogida selectiva de estos residuos, desde el año 2001, SIGRE se hace cargo de los restos de medicamentos no consumidos o caducados procedentes de los hogares españoles para darles un tratamiento medioambiental adecuado.
Los encuestados coinciden en que hay tres momentos clave para el reciclado de los medicamentos. El primero de ellos, cuando se hace la revisión del botiquín doméstico y se retiran los medicamentos caducados o que presentan un mal estado de conservación, los que ya no se necesitan y los que ya no se recuerda para qué fueron prescritos.
El segundo, cuando se acaba un medicamento y hay que ir a la farmacia a adquirir uno nuevo, que se aprovecha para llevar el envase vacío. Y el tercero, cuando se finaliza un tratamiento y se depositan en el Punto SIGRE los envases vacíos o los envases con los restos de medicación que hayan podido sobrar, evitando así una posterior automedicación inadecuada.
En este sentido, el estudio revela que el 52% de los ciudadanos, si le sobran algunas dosis de un medicamento al finalizar el tratamiento de una enfermedad ocasional, guarda estos restos en el botiquín doméstico. Sin embargo, el 73% de ellos considera que volver a tomar esos medicamentos por su cuenta, posteriormente y sin previa consulta a un profesional sanitario, puede entrañar algún riesgo para su salud.
Por otro lado, gracias a la colaboración de los farmacéuticos y al asesoramiento que ofrecen al ciudadano sobre la correcta forma de reciclar estos residuos, los encuestados afirman que la farmacia continúa siendo el lugar idóneo para la ubicación de los Puntos SIGRE, entre otras razones, por su confianza en estos profesionales sanitarios y su cercanía al domicilio.
Según declaraciones de Juan Carlos Mampaso, Director General de SIGRE, “La sociedad es cada día más consciente de la necesidad de mantener una actitud responsable para mantener y, si es posible, mejorar la calidad de vida de la que actualmente podemos disfrutar. La gran acogida y receptividad mostrada por el ciudadano cuando hablamos del reciclado de los medicamentos es especialmente eficaz para lograr su uso responsable, objetivo en el que están comprometidas las autoridades sanitarias y medioambientales, los profesionales sanitarios y todo el sector farmacéutico”.