Amig@s, hoy este blog cumple ocho años. Sí, como lo leéis, ocho años. Un montón de tiempo. Me disculparéis si no hago un buen discurso. A veces me cuesta mucho. Ante todo, quiero agradeceros a vosotros, mis lectores, vuestra fidelidad. Algunos habéis estado aquí desde el primer día: eso también tiene muchísimo mérito y os doy infinitamente las gracias por ello. Otros han ido llegando con el tiempo y se han quedado por aquí, señal de que les gusta lo que escribo. Me dan ánimos para continuar y seguir mejorando, si puedo. Soy consciente de que la vida diaria impide mantener adecuadamente un blog. Algunos meses puedo escribir más que otros; o tengo más ideas; o estoy más inspirada. Es una cosa que fluctúa y va unida a mi estado de ánimo. Pero siempre intento hacerlo de la mejor manera posible. Espero que se refleje en todo lo que voy publicando.
Como siempre digo, este espacio ha evolucionado mucho. Quizá no en su temática, pero sí en mi manera de escribir. Siento que mi escritura ha mejorado. Algunas entradas publicadas hace años las volvería a escribir por completo. Pero lo hecho, hecho está. Estoy muy contenta de haber llegado hasta aquí, de haber podido transmitiros mi pasión por el arte y la historia. ¡Muchas gracias de nuevo por leerme! Os dejo con una obra preciosa de un pintor catalán, Antoni Ferrater i Feliu (1868-1942), especializado en pintura de paisaje. No sólo me transmite calma y armonia, sino que también me trae buenos recuerdos.