Octubre hechizado: Consigna Nº 4: ¡A la hoguera!

Publicado el 25 octubre 2015 por Jazmín Romero @jaz_de_ro
¡Feliz sábado, lectores! Qué hermoso es el fin de semana, cada vez parece más corto, y yo con tanto para leer. En fin: ha llegado la hora de ponerme con la cuarta consigna de mi sección del mes temático en el blog. Es que este es el Mes de las brujas en Un jazmín en mi estantería, mi excusa para leer sin parar la Serie de las brujas del Mundodisco de Pratchett, y sacar de mi lista de pendientes a un par de libros relacionados con el terror. Hoy voy a responder a mi cuarta auto-pregunta del reto y toca ponerme en criticona, lo cual es mi especialidad, ejem... Aquí voy:
¡A la hoguera!: Cinco cosas molestas del género paranormal en la literatura, la tv y el cine

Si bien lo que más he estado leyendo durante este mes ha sido fantasía, voy a centrarme en lo paranormal porque todavía me quedan un par de libros antes de terminar el mes y todo el tema brujeril suele estar más relacionado con este género. Que conste que voy a hablar en general, esto no es sobre los libros reseñados este mes (por suerte), sino las razones por las que evito estos libros. 50% prejuicios, 50% experiencia:


1- Mary Sues: "La vida de Fulanita Pérez era de lo más normal, hasta que le cayó

Nadie lo hubiera definido mejor

del cielo una piedra y ahora es la más poderosa del mundo mundial." "Menganita Dolores del Valle era una chica no muy agraciada, pero tampoco lo que se dice muy fea. Iba a la preparatoria, era muy nerd y los chicos la ignoraban, hasta que descubrió ser la Elegida de la Profecía del Anacardo Salvaje y ahora todos los chicos de este mundo y el Más Allá se pelean por su amor." Las protagonistas de este género suelen ser los más típicos casos de chica normal que descubre un día que es totalmente perfecta. Me dan repelús. Y no del que quisiera sentir cuando leo una historia de fantasmas. 

2- El vampiro sexy, el licántropo sexy, el fantasma sexy, el zombie sexy: El origen de estos personajes, los mitos de los cuales salieron, tenían un simbolismo. Un significado. La oscuridad, lo misterioso, lo indeseable de la naturaleza humana. ¿Por qué ahora todos parecen salidos de pasarelas, se miran al espejo más que yo (incluso los vampiros, por Loki, se peinan demasiado bien para no poder reflejarse en ellos) y manejan coches último modelo? ¿Qué pasó con los cementerios, los ataúdes, las maldiciones?

3- ¿A quién le importa salvar el mundo? ¡No me quiten a mi hombre!: Un día, mientras miraba cierta serie de tv que no voy a nombrar para que no me despellejen viva las fans, me di cuenta de que a nadie le importaba el daño que hacían los hechizos de ciertas brujas, o lo que significaba tener enfrente a ciertos seres mitológicos. El verdadero peligro era que a la protagonista la alejaran del amor del chico de turno (que ni siquiera era el mismo que a la temporada siguiente). Ya no había acción, no había adrenalina. Las telenovelas de la tarde que miraba mi abuelita eran más interesantes. Desde entonces, los resúmenes confusos de la publicidad de cada capítulo son lo único que he vuelto a mirar. Y no me arrepiento.


Yo soy muy fan de Blade, lo siento

4- Llegados a cierto punto, nos olvidamos de qué nos había traído hasta aquí: Todos amamos las sagas de libros. A todos nos engancha alguna serie interminable. Pero, a la decimoquinta temporada, ya ni los autores se acuerdan de qué se trataba el conflicto principal y todo gira en torno a algún conflicto insulso que se mantiene más por inercia que por su importancia. Relleno del relleno, para pasar a más relleno. 
5- Tanto mito, tanta sabiduría popular, y lo único que tienen los personajes de raro son los nombres: El título incluye alguna palabra que indica peligro, la sinopsis habla de algo relacionado a historias antiguas que ya conocemos por su oscuridad (ya sabemos que en cualquier mitología los dioses tenían hijos con medio mundo, asesinaban a buena parte de la otra mitad, luego inventaban curiosos castigos para el resto). Uno se entusiasma si le prometen algo así. Luego, al abrir la primera página, Afrodita resulta ser una adolescente que lee mucho, sueña con unicornios rosados y Ares es el mejor basquetbolista de la escuela. Para eso, podrían haberse llamado Pepita y Juancito en la carroza rosada del Baile de Fin de Curso. Digo, para que luego no sienta que me quitaron el dinero a mano armada. Pero será que yo soy muy amargada. No me hagan caso si digo que podrían haberse equivocado de género al ponerlos en la librería.


Sé que en muchos casos esto no se cumple, pero es que de chica me encantaban las historias de fantasmas, amaba las de vampiros y buscaba las que estuvieran relacionadas en la tele, el cine y los libros, hasta que me decepcioné de la forma más horrible. Reconozco que por mucho tiempo he huido de estas historias, como de la peste. Ahora estoy regresando y afinando el paladar, seleccionando con más cuidado, es cierto que en todos los géneros se repiten buena parte de estas cosas que he mencionado (y, lo lamento, pero gran parte de esto es en la literatura juvenil y las series del cable) pero quiero creer que no es la norma. 

Ya la próxima semana viene el turno de las cosas buenas, lo prometo.

¿Y ustedes? ¿Hay algo que no les guste de las historias sobrenaturales que han leído? ¿Tienen algún prejuicio (fundado o infundado) con el género? Si tienen recomendaciones de buenos libros, series y películas, ya saben que siempre estoy atenta a las sugerencias.

¡Buen fin de semana!