-Ojalá.
-Ahora que te mostré como hacerlo. ¿Lo vas a hacer?
-Ojalá
Habitualmente, cuando manifiesto mi credibilidad en la potencialidad de una persona, o cuando le planteo un desafío y luego le pregunto: “¿Lo vas a hacer?”, escucho siempre esta respuesta. Un poco en broma pero con mucha seriedad, agrego: -“Ojalá” no vino.
“Ojalá” es una palabra de origen árabe, INSHALLAH que significa “SI DIOS QUIERE”.
De acuerdo a la costumbre de mi interlocutor, también la respuesta “ojalá” puede ser reemplazada por “si Dios quiere”, a lo que entonces agrego: -Me parece que Dios está un poco ocupado con todos los “si Dios quiere” que escucha a diario.
A pesar de ser todo poderoso, no creo que su omnipotencia esté al servicio de que nosotros no hagamos nada por nosotros mismos y todo lo carguemos a su responsabilidad.
“Ojalá” –desde otra mirada, una de apertura y posibilidad- expresa un deseo intenso. Esta es la interpretación que me parece que tendríamos que tomar, puesto que todo empieza con un DESEO. Ahora bien, si el deseo se queda en eso, sólo un deseo, no hay avance hacia una decisión y por supuesto, mucho menos, hacia una ACCIÓN, el DESEO es inútil.
¿Cuántas veces dejás a Dios que haga las cosas por vos?
¿Cuánto tiempo hace que sostenés un deseo sin hacer nada para hacerlo realidad?
¿A cuantos más hacés responsables de tu propia responsabilidad?
¿Cuáles son los asuntos externos que pueden más que tu propia persona?
¿Cuánto miedo tenés acumulado para usar un pedacito cada vez que necesitás justificarte por lo que no hacés y decís que querés hacer?
¿Cuál es tu zona de comodidad en la que te auto sabotéas con excusas, que le dan poder a tu “NO PUEDO”?
Tenemos cuarenta millones de razones para fracasar pero ni una excusa. RUDYARD KIPLING
La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas para no hacerlo. William Somerset Maugham
El hombre nace libre, responsable y sin excusas. Jean Paul Sartre
Te pregunto: ¿qué le pasa después?
¿Qué te pasó después?
Sólo tendrás tiempo para lo que realmente te importa y sólo tendrás excusas para lo que no. Anónimo.
Entonces, por favor, no mintamos, y sobre todo, no NOS mintamos. Tengamos el coraje de decir lo que verdaderamente sentimos y mantengamos nuestra libertad. Vayamos hacia la coherencia y la integridad. De lo contrario, caemos en las excusas, en la puesta de nuestra responsabilidad afuera, y terminamos en un estado que es el mismo que si hubiéramos sido honestos desde una primera instancia.
La libertad significa responsabilidad. Es por eso que la mayoría de los hombres prefieren ser esclavos. George Bernard Shaw
Las excusas son directamente proporcionales a la ausencia de responsabilidad.
¿Qué es para vos, la responsabilidad?
Ser responsables es HACERNOS CARGO. RESPON-ABILIDAD quiere decir: RESPONDER CON HABILIDAD. La habilidad se consigue con la práctica, la práctica de no excusarnos, de hacernos cargo de nuestros errores, de ver primero qué parte nos toca de la causa del problema.
¿Cuántas veces respondés “a mí me enseñaron que” o “mis padres no me advirtieron” o “tuve una infancia infeliz”?
Nuestros padres hicieron lo que pudieron y lo que creían que era lo mejor para nosotros y si nosotros nos damos cuenta de que ese cúmulo de CREENCIAS, no nos funciona, necesitamos cambiarlas en vez de seguir haciéndolos cargo de algo que no nos animamos a hacer el esfuerzo de cambiar.
Las leyes de la herencia son un fenómeno maravilloso que nos exime de la responsabilidad de nuestras deficiencias.
Las imágenes del Inconsciente ocupan una gran responsabilidad en el Ser Humano. La falla en entenderlas o la evitación de la responsabilidad ética, priva al Ser Humano de su totalidad y le impone penosos fragmentos de su vida.
Recordemos entonces que: “Ojalá” no vino, Dios no da a basto y no quiere de vos un ser despojado de responsabilidad, tus padres hicieron lo mejor que pudieron y el entorno NO es más fuerte que vos ¿O sí? Pensalo.
Varios soldados rasos de una compañía llegaron tarde luego de dos días de licencia. El oficial estaba muy enojado. Cuando llegó el primer soldado, cansado y fatigado dijo: “Lo siento, mi coronel, pero estuve entretenido con mi novia y perdí la noción del tiempo, y como resultado, perdí el último autobús para regresar al cuartel. Como estaba decidido a regresar en tiempo, tomé un taxi. A medio camino se descompuso el coche. Fui a un rancho que estaba cerca y persuadí al dueño de que me vendiera un caballo. Venía cabalgando rumbo al cuartel cuando el caballo cayó muerto. Así que tuve que venir a pie los últimos diez kilómetros”. Aunque un poco desconfiado, el coronel permitió que el soldado entrara en el cuartel. Sin embargo, después de él, siete otros soldados llegaron retrasados y le dieron la misma excusa: la novia, la pérdida del autobús, el taxi que se rompe, la compra de un caballo, etc. Al llegar el noveno soldado, el coronel le gritó: “¿Y a tí, que te pasó?” “Mi coronel, estuve entretenido con mi novia y perdí el autobús, entonces llamé un taxi y…” “Un momento”, le gritó el coronel, “no me digas que el taxi se descompuso”. “No señor, mi coronel”, contestó el soldado, “el taxi no se descompuso. ¡Lo que pasó fue que había tantos caballos muertos en la carretera, que no pudimos pasar!”
Además, corrés el riesgo de caer en la falta de creatividad y de ser uno más de la masa que no piensa por sí mismo.
Por el placer de compartir.