Si visitas el local te recomendamos que vayas a esta zona y, también, reservar ya que los fines de semana suele estar muy demandado. La clientela es principalmente gente joven, hipsters, modernos y, en los buenos tiempos, erasmus a tutiplen. Y es que la carta es barata y muy apañada para un domingo de resaca: ensaladas, wraps y tacos, hamburguesas, huevos o los brunch; con opciones entre los 10 euros del desayuno continental con huevo pasado por agua y los 14€ del Villano, con tortilla de patata, jamón, ensalada y yogurt. Todos vienen con café o te y una bebida y también tienes la opción de comerlo veggie, con salmón o con chistorra. Como variedad es de los sitios de Madrid con mayor oferta.
Aunque la carta va cambiando las opciones actuales son parecidas (ver carta). Además de los platos de comida hay muchas opciones de desayuno. Como no nos decidíamos optamos por hacernos nuestro propio brunch pidiendo un par de huevos benedictinos, a 6,5€, escalfados con salsa holandesa, un par de parisinos pochados con salmón y salsa holandesa (ahora el de salmón va frito en bagel), guacamole, pan de trigo, cookie, bizcocho de plátano y nutella. Para beber un par de zumos, un par de refrescos y café. El desayuno nos salió por 48€, a 12€ por persona.
A pesar de la juventud del servicio está muy bien atendido. Así que si quieres un bruch en un sitio de moda, sentirte que vas de guay malasañeando, rodeado de universitarios, disimulando el dolor de cadera y mientras, sin saber como sentarte, te tomas unos huevos más que decentes no te pierdas la experiencia Ojalá Playa.