Olas furiosas

Por Loracueto
Por: Eduardo Lora Cueto... elora89@gmail.com
Y nos seguimos quejando de la naturaleza,
Y olvidamos el daño que le hemos hecho,
Y remembramos los años luces,
Y no nos culpamos…
 
Las olas han de enojarse, están en todo su derecho. Se escudan en su furia para golpear aquel terminal marítimo que para los años 40 era el más largo del mundo. Ahora, es visitado con una excusa nada más, dos partes le hacen falta y es por nuestra culpa: por no preservar, por olvidarnos que existe, por aprovecharnos de su estructura, por no tener conciencia. 

El atardecer reflejado deja ver cuán bello es aquel lugar lleno de historia y magia, de sal y arena, de agua y piedra, de vida y muerte. Y aún hay quienes quieren hacer festejos en un lugar donde no importa más nada, simplemente que la brisa golpeé los rostros y el mar salpique. 

 
No queda más que imaginarnos de qué manera estaba antes, nada más eso, imaginar para luego sumergirnos en una fantasía que alejada de la ficción, podría reconstruir no su estructura, sino la memoria que le hemos robado, que las olas le han tumbado, que desconocemos, que olvidamos. 

La Contaminación del muelle y de la playa se sigue reflejando

El Cielo quiere experimentar qué se siente estar sobre aquel lugar impregnado de historia. 


Muelle en Febrero de 2009, cuando las olas no tenían furia.