Es más que evidente el largo proceso de postproducción que ha habido en estas imágenes, pero todas comparten la pose frontal y la enfatización expresiva (o no) de los personajes.
Desde luego el aspecto "humano" es bastante escaso, y precisamente eso es lo que reivindica Oleg, ¿en qué nos estamos convirtiendo? Casi rozan el espectro cyborg, sin ceñas, sin pestañas, más bien esculturas o maniquís del escaparate social.