Hoy quería traeros una receta especial para un día especial. A estas alturas de las fiestas navideñas creo que ya nos salen los dulces y las comidas por las orejas...¡y aún nos queda la cena de hoy! Os diré que yo no soy mucho de dulce navideño (lo confieso: en España sólo probaba el turrón) pero si hay un dulce por excelencia que se toma hoy, 31 de diciembre, víspera de Año Nuevo, en Holanda desde el siglo XIX, esos son los oliebollen.
Literalmente significan "bolas de aceite" y a mi me recuerdan mucho a los churros españoles pero en forma de bola. No hay casa holandesa que no prepare hoy su particular versión de este dulce pero yo os traigo la más clásica (sin relleno) y la que siempre hace mi madre con pasas y manzana. Ya veréis que fáciles son y os aseguro que, bien espolvoreadas de azúcar glas, es difícil resistirse a estas pequeñas bombas calóricas.
Ingredientes: 1 huevo; 250 ml leche; 7 g levadura seca (Dr. Oetker); 1 cucharada azúcar; 1 pizca sal; 300 g harina; 1/2 manzana; 1 naranja; 100 g pasas; zumo limón; aceite; azúcar glas.
Preparación: Calentar la leche en un cazo. En un bol poner el azúcar y la levadura y añadir 100 ml de la leche caliente y dejar reposar durante 5 minutos (deben aparecer burbujas).
Mientras, pelar la manzana y cortarla en daditos pequeños, regando con un poco de zumo de limón para que no se oxide. Mezclar con las pasas y la ralladura de la piel de la naranja y reservar este relleno.
En un bol profundo tamizar la harina, hacer un hueco en el centro y añadir el huevo batido, una pizca de sal, la leche restante y la mezcla de levadura y batir con unas varillas a mano hasta que se obtenga una masa elástica.
Para hacer los dos tipos de oliebollen separamos la masa en dos partes y la ponemos en dos recipientes. A uno de ellos añadimos el relleno mezclando bien. Cubrimos ambos recipientes con un paño limpio y dejamos levar la masa durante una hora en algún lugar cálido.
Poner abundante aceite a calentar en un cazo y comprobar que está en su punto añadiendo una miga de pan que debe dorarse pero no quemarse. Mojar dos cucharas en el aceite y tomar una porción de masa con una dándole la forma redondeada con la otra y freírlas (al máximo 4 cada vez) hasta que estén doradas. ¡Ellas solitas se dan la vuelta cuando están hechas!
Sacar las bolas con ayuda de una rasera y poner sobre papel absorbente. Servir espolvoreadas de abundante azúcar glas.
Con esta receta me gustaría participar en el Concurso de Recetas de Navidad que ha organizado mi compañera Niki de Recetas de una gatita enamorada, en la categoría de postres. ¡Espero que le guste tanto como a mi! Y visitad su blog porque, además del cambio de look, tiene unas recetas fantásticas. ¡Un besito Niki!
Y ahora os dejo, no sin antes desearos una muy feliz entrada de año ¡y sin atragantarse con las uvas!