¡Optometristas hasta en la cárcel!

Por Opticaporlacara @opticaporlacara

Antes de que os echéis las manos a la cabeza por el título, decir que escribo este post porque hace poco me enteré que en países como Estados Unidos confían a los optometristas la labor de realizar a los reclusos las diferentes pruebas visuales que se incluyen dentro de la atención sanitaria a la que tienen derecho.

En este caso creo que estaba claro que no me estaba refiriendo a España. No me sorprende. En Estados Unidos, aunque depende el Estado, el reconocimiento social de los optometristas y las competencias son diferentes a las de nuestro país. Allí, a partir de la década de los 70, se desarrolló mucho esta disciplina1 lo que permitió a los actuales optometristas tener mayor campo de acción, como por ejemplo haciendo uso de fármacos de diagnóstico (midriáticos y ciclopléjicos), algo ya habitual en varios países del mundo. Aun así, es cierto que en España ha habido un gran avance en cuanto a competencias en las últimas décadas, pero no a tal nivel. Veremos que nos depara el futuro.

Ya desde los años 70 había optometristas en las cárceles americanas, aunque pocos. Lo normal era que los presos salieran cuando requerían atención médica no urgente. A medida que la población reclusa aumentaba (Estados Unidos es el país con más presos del mundo), se empezaron a demandar más profesionales, entre ellos optometristas, trasladándose directamente a los centros penitenciarios donde se les necesitaba. Más económico, mas cómodo y más seguro para todos.

A mí como estudiante de óptica y optometría, lo que más me ha llamado la atención de todo esto es que los estudiantes incluso tienen la posibilidad de ir a la cárcel a hacer prácticas como parte de lo que denominan “rotations”, y que hacen durante el cuarto año de carrera. En Madrid hacemos algo similar el último año, ¡pero sin cárceles!

En cuanto al acceso a estos sitios, los estudiantes y aquellos contratados para este fin no lo tienen nada fácil. Se necesitan permisos especiales y en algunas prisiones de máxima seguridad, a los optometristas les investigan para verificar que no tienen antecedentes penales.

Tampoco debe ser fácil tratar con este tipo de gente, pero dado que la optometría es una profesión que trata con personas, el trato al paciente es igual, o debería ser igual, para todos, sea cual sea la historia personal de cada uno. Así lo cuentan, al menos, los que se dedican a ello, además reconocen que aquellos presos a los que se les detecta algún problema visual y/o ocular, por lo general toman consciencia de ello y cumplen estrictamente lo que se les pauta. Lo positivo del asunto es que al disponer de todos los datos de cada paciente, se facilita mucho la tarea. En un examen optométrico, probablemente lo más importante es la parte dedicada a las preguntas (anamnesis).

Problemas visuales y oculares más frecuentes entre los presos

Esta es la otra parte que me interesa tratar en este post. Hay algunos trabajos al respecto1,3 y son muy interesantes, además es curioso como muchas patologías, algunas que yo ni siquiera conocía, están muy vinculadas con el ambiente penitenciario que la mayoría solemos tener en mente.

Lo primero, como siempre, son los problemas refractivos. Los más comunes son la hipermetropía y el astigmatismo, aunque también hay un número significativo de miopes, y por supuesto, de présbitas. Comparándolo con la población general, es mayor la proporción de problemas relacionados con la visión en las cárceles. Para corregir estos problemas visuales, los optometristas les ofrecen una serie de diseños de gafas en la propia cárcel. También es habitual encontrar usuarios de lentes de contacto, aunque en este caso no todos cumplen estrictamente las instrucciones de uso.2

La pregunta antes de continuar es fácil: dado que hay más hipermétropes presos ¿seremos los miopes mejores ciudadanos?

Luego, en el terreno patológico, hay enfermedades cuya incidencia es mayor entre los reos. Aunque la patología ocular no es el campo de un optometrista, sí que la estudian puesto que la mayoría de ellas afectan a la visión.

- Glaucoma, desprendimiento de retina y retinopatía diabética, son las tres patologías oculares más habituales en las cárceles americanas. En el caso del glaucoma y la retinopatía diabética, la incidencia es mayor en personas de raza negra, y una buena parte de los encarcelados son afroamericanos, lo que explicaría esta tendencia. Las tres patologías son graves y su incidencia aumenta a medida que se envejece. Es necesario que se controlen adecuadamente porque pueden conducir a la ceguera.

- Retinopatía por talco: esta enfermedad es característica en toxicómanos, puesto que se debe a la ingestión del talco presente en algunas pastillas de metilfenidato (Ritalin), que consumen los drogadictos. Otra razón habitual es porque el talco se usa para adulterar ciertas drogas. Una vez que se ingieren, las pequeñas partículas de talco llegan a los pequeños vasos de la retina, pudiendo provocar, en ocasiones, problemas que derivan en una pérdida de agudeza visual.

En esta enfermedad, lo que destaca en la retina son esos
pequeños puntos brillantes (microembolismos arteriales)
Fuente: Optometry Students

- Muy típicos también son los traumas oculares por fuertes golpes, siendo esto uno de los mayores problemas que existen en las prisiones. Un golpe violento tras una pelea puede derivar también en lo que se conoce como catarata traumática (ver foto), o en daños al iris. En casos más graves se pueden producir roturas de la órbita y/o del globo ocular. Es frecuente que para solucionar algunos problemas cosméticos derivados de estos percances se adapten lentes de contacto especiales para este fin, algo que solicitan los propios afectados.2

Catarata traumática con forma de estrella

- La llamada ambliopía por tabaco y alcohol, que consiste en una afectación del nervio óptico por abuso de alcohol y tabaco en cortos períodos de tiempo, siendo más frecuente en hombres y mujeres de mediana edad. Cursa con una bajada de la agudeza visual.

En bebedores y fumadores compulsivos, el nervio óptico puede
sufrir edema (bordes mal definidos) e hiperemia

- Estrabismo: aunque se trata más bien de una condición ocular y no de una patología, tiene un claro impacto sobre la visión, puesto que consiste en un desalineamiento de los ojos. Es frecuente en las cárceles.

- Cicatrices y quemaduras químicas en la córnea, provocadas por productos irritantes, como detergentes u otros.

Fotograma de la famosa película “Cadena Perpetua”, donde se ve como arrojan desinfectante
sobre el cuerpo y los ojos de Andy Dufresne (Tim Robbins)

Para acabar el post, una pequeña reflexión del optometrista Brian Ariel que comentó en una entrevistaque la tendencia al crimen podría tener relación con una mala visión. Añadió, además, que de ser cierto se debería de minimizar el riesgo realizando exámenes visuales a edades tempranas, especialmente en las zonas más deprimidas.

En cuanto a los presos, opina que realizando exámenes visuales más frecuentes y exhaustivos se mejorarían sus perspectivas de visión, de educación y de trabajo, puesto que lo que se busca es un ambiente adecuado donde se lean libros, se estudie y se cultiven comportamientos no delictivos. Le doy la razón, ya se sabe lo importante que es el sentido de la vista para la educación.

Referencias:

1) Verma, S. B. “Optometric Services in the Prison System,” Optometry & Vision Science. American Academy of Optometry, January 1989. Vol. 66, No. 1, pp. 6-8.

2) http://www.optometry.co.uk/news-and-features/features/?article=4708

3) Hatch, S. W. “Visual Acuity in a Prison Population,” Optometry & Vision Science. American Academy of Optometry, May 1990. Vol. 67, No. 5, pp. 382-384.

- Idea original: The Unconventional Optometrist: Eye Care Behind Bars (Optometry Students)

- http://www.aao.org/publications/eyenet/200902/comprehensive.cfm

- Ambliopia por alcohol y tabaco (retinografía): Reim. Kirchhof. Wolf. Examen del fondo de ojo: desde los hallazgos hasta el diagnóstico. Editorial Médica Panamericana