Muchas veces hemos pensado que la clasificación de las células es la misma que se da entre los seres vivos y es aquella existente entre animales y vegetales como podría pensarse, pero en realidad las células se clasifican en organismos eucariotas y organismos procariotas, también en organismos unicelulares y pluricelulares.
Debido a su organización más compleja, las células eucariotas debieron aparecer evolutivamente con posterioridad a las procariotas, este fue el gran salto que dio inicio a la complejidad de la vida y uno de los más importantes de su evolución. Sin este paso y sin la complejidad que adquirieron las células eucariotas en este proceso de evolución no habrían sido posibles la aparición de los seres pluricelulares o en otras palabras no existirían los seres vivos como hoy día.
Con las células animales, en ellas el ADN está rodeado por una membrana constituyendo el núcleo. El citoplasma es muy variado y rico en orgánulos celulares diferentes. Su citoplasma presenta orgánulos interconectados cuyos límites se encuentran fijados por membranas biológicas. El compartimiento más notorio del protoplasma es el núcleo.
Se les llama así a las células que no posen un núcleo celular diferenciado, es decir, cuyo ADN no se encuentra confinado dentro de un compartimento limitado por membranas, sino libremente en el citoplasma Ejemplo: las bacterias
ADN en el núcleo rodeado por una membrana
Ribosomas 80 S (los presentes en mitocondrias y cloroplastos son 70 S)
Con orgánulos celulares
División celular por mitosis
Con centriolos, huso mitótico y microtúbulos
Formas unicelulares y multicelulares. Estas últimas pueden formar tejidos
Idéntico metabolismo de obtención de energía (glucólisis y ciclo de Krebs)
ADN disperso por el citoplasma (genóforo)
Ribosomas 70 S
Sin orgánulos celulares
División celular directa (sin mitosis)
Sin centriolos, huso mitótico y microtúbulos
Pocas formas multicelulares. No forman tejidos
Grandes diferencias en sus metabolismos