¡Hola de nuevo! Tras unos días de “descanso” en Playa del Carmen, México, vuelvo con las pilas cargadas para volver a actualizar el blog y retomar mi proyecto final de carrera (esto último con un poco más de pereza, la verdad). Espero tener en unos días todas las fotos de la aventura mexicana para poder preparar un post sobre el viaje, como hice con mi visita a Oporto (ver post aquí). Mientras tanto, sigo con el diseño de interiores, como no.
El arte japonés del origami (plegado de papel), además de dar nombre a esta papelería de Mataró (Barcelona), ha servido de inspiración a la interiorista Elia Felices para obtener un espacio colorista, texturizado y acogedor que sorprende al comprador.La Papelería Origami Paper, con una superficie de 150 m², cuenta en su entrada con la imagen corporativa de la empresa. Un rótulo limpio, simple y claro, con letras y dibujos en blanco, rojo y naranja sobre fondo negro. La fachada acristalada permite con un solo vistazo apreciar la profundidad de local y su espectacular diseño. Además de verse ya el elemento más característico: las figuras de papel que cubren parte del techo de la tienda. Esta malla uniforme de origami aporta calidez al techo técnico, en donde se incluyen también leds azules que retroiluminan las figuras y aportan un interesante efecto escénico.
Al acceder a la tienda, nos recibe un mostrador forrado en fieltro (también retroiluminado) de intenso rojo. Tras él, un mural de flores de colores de origami sobre fondo negro. El pavimento, de parquet claro.
Las notas de color son puntuales en el interiorismo puesto que en el local destaca el blanco. Así pues el mobiliario es de madera blanca mate. Pero ese blanco se rompe con la exposición del producto. Cintas, papeles, material de oficina… todos aportan su toque de color convirtiéndose en los protagonistas del espacio. El producto se expone en
setssiguiendo la forma del local facilitando la circulación por las distintas zonas de exposición y venta.
A parte de la inspiración en el arte de la papiroflexia japonesa, la diseñadora ha querido también recrear los espacios de una vivienda. Tras el mostrador de la entrada, unas estanterías y un escritorio… imitan el área de un estudio. Una gran mesa central ubicada al fondo del local compone el salón y exhibe los artículos, iluminados con lámparas de sobremesa, como si fueran alimentos servidos para la comida. Por último, el despacho de diseño. Origami Paper cuenta con un estudio de diseño gráfico, a la vista del cliente tras un cristal y un gran espejo que esconde el aseo y el almacén. De esta forma cliente y personal pueden tener un contacto directo con el material de la tienda a la vez que diseñan. Como es necesario para practicar el origami, la diseñadora ha demostrado en este proyecto una gran imaginación a base de soluciones sencillas, coloridas y muy atractivas. Un saludo a todos,
_besos