Orson Welles, con sus luces y sus sombras, es un favorito de esta escalera (¿cómo podría no serlo?). Winston Churchill, con sus luces y sus muchas más sombras, también lo es. En algún momento ambos coincidieron, y ello dio lugar a una jugosa anécdota que Welles contó así en The Dick Cavett Show, un programa de la televisión norteamericana (que se emitía en cadenas privadas, pero también en la pública PBS) que hoy constituye un gran fondo de archivo y todo un testimonio de la cultura del espectáculo del siglo XX.