La ortorexia se clasifica como un tipo de trastorno obsesivo que lleva al individuo a adoptar una alimentación sana donde controla de forma estricta y exhaustiva todos los componentes de los alimentos que consume.
Al igual que los veganos tienen la obsesión de evitar cualquier producto que contenga algún ingrediente de origen animal, el ortorexo evitará probablemente la carne roja, los huevos, azúcares, lácteos y grasas, lo que le llevará a evitar comer fuera de casa en restaurantes o en casa de alguien donde no puedan estar seguros de que lo que ingieren es completamente sano.
Esto obviamente les conduce a un cierto aislamiento de la sociedad y de muchos conocidos, reduciendo su grupo a los que comparten total o parcialmente su punto de vista sobre la alimentación, lo que a su vez retroalimenta sus ideales.
Esta situación puede llevar a un cierto orgullo, es decir, pueden pensar que son más inteligentes que los demás porque consideran que llevan una alimentación más saludable. Al mismo tiempo son capaces de sacrificar el gusto o el placer de comer por el hecho de estar comiendo algo que consideran sano o de calidad.
Este trastorno alimentario además suele ir a peor, uno comienza evitando ciertos alimentos, pero de progresiva va añadiendo productos a esta lista de alimentos prohibidos, como consecuencia puede llegar a dedicar dos, tres o más horas diarias a organizar su dieta, además de desplazarse grandes distancias para conseguir determinados productos por el mero hecho de que son ecológicos.
Según la Organización Mundial de la Salud, a día de hoy la ortorexia afecta al 28% de la población de los países occidentales, y de hecho se prevé que esta cifra vaya en aumento dada la psicosis que generan en ocasiones los medios de comunicación en torno a la salubridad de los alimentos que consumimos, a lo que hay que sumar la tendencia obsesiva o extremista de algunas personas.
Más información en castellano en Consumer.es o en inglés en Orthorexia.com
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