Efectivamente, es la solución más efectiva para los defectos de las orejas, que son la causa de la mayoría de los complejos, ya que difícilmente se pueden disimular. Actualmente, el aspecto físico es la carta de presentación ante el mundo, por lo que se trata de dar una imagen positiva mediante el cuerpo.
Son distintos los defectos en las orejas que pueden provocar inseguridad o falta de autoestima. Por ejemplo: las conocidas como orejas de soplillo, la falta de simetría entre ellas o la oreja contraída o en copa, entre otros.
Afortunadamente, todos ellos pueden resolverse mediante la otoplastia. No importa la edad. Se trata de una operación que requiere pasar por el quirófano. En niños, suele llevarse a cabo con anestesia general; en adultos, se suele utilizar anestesia local y sedación, de manera que el paciente está despierto, aunque también relajado. Es una intervención sin aparentes complicaciones, cuya duración puede oscilar entre dos y tres horas. En casos más complejos, la operación puede alargarse.
Por otro lado, la otoplastia es una intervención quirúrgica que consiste en la realización de unas incisiones en la parte posterior de la oreja. A través de ellas se esculpe el cartílago y se extraen algunas partes, de manera que el doctor puede dar forma a la oreja. Esta mecánica se repite en la otra oreja, ya que los cirujanos tratarán de dar el aspecto más natural y similar a ambas orejas, aunque los problemas solo se contemplaran en una de ellas. No ha que preocuparse por la cicatriz, ya que no se notará.
Por lo que respecta al postoperatorio, hay que destacar que puede ser recomendable hacer noche en la clínica. Del centro médico se saldrá con un vendaje, el cual podrá ser cambiado, días después, por otro más ligero. Resulta fundamental hacer caso a las indicaciones de los médicos respecto a la necesidad de no incurrir en movimientos peligrosos para la zona del vendaje. Estas cintas ayudarán a que las orejas consoliden sus nuevas formas y se recuperen.
Una semana después de la operación, aproximadamente, ya se puede volver al trabajo y retomar unas rutinas de actividad normales. Sin embargo, todavía habrá que tener cuidado con las actividades deportivas o de riesgo durante el tiempo que aconseje el cirujano.
No hay que olvidar que la comunicación con el doctor habrá de ser fluida, pues este profesional podrá dar consejos, antes y después de la operación.
(Fuente: Clínica Menorca)