Y es que la vida del piloto o de cualquier tripulante en general está sometido a muchos cambios. Vivir en una maleta es una constante y al final acabas viviendo sin casi llegar a echar raices en ninguna parte.
En menos de un año, he vivido en tres ciudades ya, Málaga, Madrid y Barcelona...con sus correspondientes mudanzas, una paliza física y mental que en este caso se ha sumado al estrés por seguir estudiando los e-learning, el avión, los procedimientos, etc...
Llevo poco más de una semana en Castelldefels, en mitad casi de la montaña, una situación similar a la que tenía en Málaga, en un lugar muy tranquilo, apartado del mundanal ajetreo, pero que por contra hace que necesite el coche para cualquier cosa. No todo puede ser perfecto.
Esta mudanza ha sido un poco más especial que las anteriores, puesto que por primera vez, he tenido que buscarme la vida para encontrar una habitación, he tenido que traerme casi todo lo que tengo en Madrid y es muy posible que tarde en volver a vivir en Madrid si es que vuelvo a tener la oportunidad de hacerlo...aunque con esta profesión nunca se sabe.
En dos traslados en coche, bastante largos y tediosos, me he traido casi todo lo que necesito. Es duro hacer una mudanza solo. Pero poco a poco, ya voy poniendo en orden las cosas y me voy acomodando y adaptando a la nueva casa.
Hoy toca ser breve, pero pronto habrá más.
Buenos y seguros vuelos!