Hasta un 6% de las pacientes con cáncer de mama desarrolla un segundo tumor en el otro pecho (cáncer contralateral). Poder diagnosticar a tiempo este tipo de tumores puede ser vital para decidir el tratamiento a seguir. "La RM también es muy eficaz en estos casos, ya que podemos saber si es mejor intervenir quirúrgicamente ambas mamas en vez una sola. Lo que evitaría en muchos casos la necesidad de tener que pasar por tratamientos innecesarios. Esto por supuesto no quiere decir que haya que dejar de hacer mamografías a estas mujeres, sino que ambas pruebas deben combinarse. En definitiva, contar con un entorno multimodal, en el que el radiólogo maneje todas las posibilidades diagnósticas mejora significativamente los resultados terapéuticos", aclara la doctora Camps. Otra de las indicaciones más asentadas de la RM es en las pacientes que han sido tratadas con terapia neoadyuvante (antes de la cirugía). "Es decir, las pacientes que han debutado con un cáncer localmente avanzado o bien un tumor que cumple criterios para ser tratado con quimioterapia antes de la cirugía. En estas pacientes, la resonancia se hace antes y después de la quimioterapia, y previamente a la intervención. Aquí la RM supera claramente a la mamografía y a la ecografía, ya que nos dice si este tumor ha respondido o no a la terapia y nos ayuda a planificar el mapa quirúrgico. Gracias a estos datos, en casi más de la mitad de los casos se puede hacer cirugía conservadora, en tumores que antes no eran susceptibles de esta operación". En las mujeres de menos de 50 años, que han tenido un cáncer de mama, el riesgo de volver a desarrollar otro tumor es más elevado que en mujeres mayores. De hecho, el peligro se equipara al que tiene una mujer con antecedentes familiares. "En estas pacientes estamos haciendo controles con RM cada dos años", concluye la doctora Camps.