Outrage Beyond (Autoreiji Biyondo), 2012

Por Rawpower
La última película de Takeshi Kitano es una de sus obras más simples pero también de las más fascinantes. Si bien el director, guionista, actor, productor y montador nos narra una sencilla historia de venganza y honor en el más puro estilo que el mismo contribuyó a renovar en los 90, este argumento se torna algo más complejo si analizamos la película en el conjunto de su obra y muy especialmente si sabemos que este Outrage beyond es la segunda parte de una trilogía que viene justo después de su arriesgado tríptico anterior, la llamada trilogía del “suicidio artístico”. Asi pues hay en esta nueva entrega de la saga dos niveles de lectura. El primer nivel sería la historia propiamente dicha. Como secuela de “Autoreiji” (Outrage, 2010), esta película funciona en todos sus aspectos, si bien no es tan redonda como la primera debida a la falta de sorpresa y a las expectativas creadas por la primera entrega y por el título, el cual implica un más allá de violencia, estilo y lecciones morales. Pero nada más lejos de la realidad. Esta segunda Outrage es una película mucho más sobria, pausada y menos espectacular que la primera. Si en la primera parte, los seguidores del director nipón nos sorprendimos y admiramos ante su primera película rodada en 2.35, debido al fuerte estilo visual que le imprimió a la narración el uso del formato panorámico por primera vez en toda su carrera, en esta, las composiciones siguen siendo muy poderosas pero la cámara es mucho mas estática y, casi podríamos decir, gandula que en la primera entrega; esta sobriedad también se extiende a la excelente música compuesta por Keiichi Suzuki, mucha más sobria y menos cool y melódica que la escrita por el mismo compositor para la primera película. Primer anticlímax. El segundo se encuentra en la violencia. Si en la primera, los asesinatos eran muy creativos y explícitos, en esta segunda, salvo alguna pequeña excepción, pasan fuera de campo, siendo igualmente crudos pero mucho menos espectaculares. Por último en la propia historia; lejos de ser piadoso con el espectador, Kitano, asume que todo el mundo recuerda a la perfección a la multitud de personajes que aparecían en la primera entrega y avasalla a nombres a la audiencia sin parar, no es muy difícil perderse si no se ha revisado la primera entrega antes de ver esta secuela. Por último y antes de que la propia película obligue a dividir este comentario, la historia vuelve a profundizar en los temas de honor, lealtad y moral de manera similar a como se hacía en la primera entrega, aunque esta vez extiende sus críticas a la corrupta clase política y el final es algo más esperanzador aunque no menos intrigante. 
La segunda lectura de la película, la tenemos si seguimos el juego de espejos que plantea Kitano con su propia obra. Si bien, el prime Outrage era una reafirmación de intenciones que dejaba de banda a la crítica, haciendo una película cínica y desencantada en su moralidad, a la vez que abiertamente comercial, también es cierto que no dejaba de ser una obra de autoafirmación donde el director se renovaba de nuevo insistiendo en su derecho a hacer las películas de yakuzas que le son tan queridas y que la ceguera crítica tacho de estancamiento, curiosamente con la que quizás sea su obra maestra, “Brother, 2000”. Nos encontramos en la primera entrega ante una película que a través de su propia existencia hacia suyo el mensaje de la incomprendida y maravillosa “Akiresu to kame”(Aquiles y la tortuga, 2008). Siguiendo este paralelo hacia atrás con su trilogía previa, “Outrage beyond” sería el reflejo de la extraña e irregular, pero fascinante, Kantoku banzai” (Gloria al cineasta, 2007), así, en esta secuela de Outrage, el personaje interpretado de manera magistral por Beat Takeshi, se encuentra cansado y agobiado de su monótona vida de yakuza en un mundo donde apenas le quedan amigos y nadie comparte sus ideales, pero lejos de ser una historia típica de gangster que quiere llevar una vida normal, y gracias a ese sentido del humor que caracteriza a Kitano, este viejo yakuza no quiere trabajar en un trabajo normal ni quiere seguir luchando, simplemente pasa de todo, ya no tanto por un hastío existencial, sino mas bien por puro aburrimiento y así, finalmente, volverá al ruedo porque es más entretenido que quedarse en casa. Sirva como ejemplo el misógino comentario de Kitano a la prostituta tras salir de la cárcel. Y al igual que el director Kitano rodaba una película de ciencia ficción en Kantoku banzai” por probar, este gangster emprenderá su venganza por probar, para ver a donde le lleva. Y si la cosa sigue así, lo que nos espera en la tercera entrega de Outrage puede ser la película de yakuzas mas abstracta de la historia ya que entonces Kitano se mirará en “Takeshis’” (2005), una de las pocas películas de la historia del cineque calificaría de genialmente mala. Alex Turol
Ficha Técnica
Año: 2012 Director: Takeshi Kitano Productor: Takio Yoshida, Masayuki Mori, Takeo Hisamatsu, Makoto Kakurai, Kazumi Kawashiro, Shinji Komiya, Atsunobu Matsumoto, Ryôji Ohnishi Guión: Takeshi Kitano Fotografía: Katsumi Yanagijima Música: Keiichi Suzuki Dirección Artística: Norihiro Isoda Maquillaje: Michio Miyauchi País: Japón Duración: 112m. Formato: 35mm. Proporción: 2.35:1 Ficha Artística Takeshi Kitano, Shun Sugata, Ryo Kase, Ken Mitsuishi, Toshiyuki Nishida, Kenta Kiritani, Fumiyo Kohinata, Tomokazu Miura, Hirofumi Arai, Machiko Ono, Yutaka Matsushige, Hakuryu. Sansei Shiomi, Akira Nakao, Katsunori Takahashi, Shigeru Kôyama, Hideo Nakano, Tatsuo Nadaka, Ippei Sasaki, Tetsuji Tanaka, Kenta Kamiya.