Oxigenoterapia

Por Gabriel Giner @esaludcom

La oxigenoterapia es un tratamiento mediante el cual una persona recibe más oxígeno en su organismo gracias a un respirador. También puede aplicarse en el ámbito del cuidado personal y la belleza y bienestar, con excelentes resultados para aumentar la flexibilidad, firmeza y tono de la piel. Sus efectos se multiplican cuando se combina con otros tratamientos estéticos para rejuvenecer y reafirmar la dermis.

Indicaciones

Las personas con problemas de salud relacionados con bajos niveles de oxígeno en la sangre, acusan una respiración dificultosa y cansancio extremo, particularmente después de caminar o toser. Por eso, al respirar aire con oxígeno, los niveles de este en la sangre aumentan y la sensación de fatiga va desapareciendo.

Hay ciertas dolencias que pueden requerir el uso de oxigenoterapia. Entre ellas están los enfisemas, bronquitis crónica o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

En ese grupo también se encuentran ciertos problemas del corazón, hipoventilación relacionada con la obesidad, asma severo, condiciones que afectan a los nervios y los músculos o la caja torácica y fibrosis quística.

Uso en el ámbito de la belleza

La oxígenoterapia aplicada al ámbito de la belleza ha demostrado ser un eficiente método para aumentar la flexibilidad, hidratación, tersura y tono de la piel. Entre sus mayores ventajas está que no causa dolor alguno y tiene excelentes resultados, porque favorece la oxigenación y la microcirculación sanguínea. Esto proporciona más firmeza y suavidad a la piel.

Contraindicaciones

La terapia de oxígeno no debe usarse para aliviar la disnea o falta de respiración, si los niveles de oxígeno son normales. En estos casos, el tratamiento podría perjudicar e incluso retrasar un diagnóstico de las causas por las que se han presentado dichas dificultades respiratorias.

Está contraindicado fumar, no solo porque puede reducir o anular los efectos del tratamiento, sino porque el tabaco es una de las causas principales de muchas enfermedades relacionadas con la respiración, el corazón y los pulmones.

Tipos de oxigenoterapia

Hay varias formas de recibir esta terapia, dependiendo de cómo se administre el oxígeno.

  • Tubo colocado debajo de la nariz (cánula nasal).
  • Máscara facial colocada sobre la nariz y la boca.
  • Tubo colocado en la boca y en la tráquea.
  • El tubo o máscara se une a una máquina de ventilación.

Pruebas diagnósticas

Si el médico considera que la terapia con oxígeno es recomendable para un paciente, le pedirá una evaluación de la cantidad de oxígeno en la sangre. Esta se realiza tomando una muestra de sangre del lóbulo de la oreja o de la muñeca. Otra forma es a través de un sensor en el dedo (prueba de oximetría de pulso).

También se le puede pedir al paciente que respire en un dispositivo llamado espirómetro durante una prueba de función pulmonar.

Si se observa un nivel de oxígeno en la sangre bajo, lo más probable es que se recomiende un tratamiento regular de oxígenoterapia. Es entonces cuando un especialista médico calcula la cantidad de oxígeno que necesita el paciente y por cuánto tiempo debe administrarse.

Además, el médico informa sobre las formas de administración del oxígeno, que se pueden realizar con varios tipos de aparatos y vías diferentes, como las citadas cánulas que se introducen por la nariz, mascarillas en nariz y boca o un dispositivo llamado cámara hiperbárica, que altera la presión del aire.

Por último saber que esta técnica ayuda a muchas personas a llevar una vida normal, evitando síntomas de extremo cansancio o fatiga. La terapia de oxígeno también ayuda a prevenir daños en el corazón y el cerebro, que pueden ser causados ​​por bajos niveles de oxígeno en la sangre. Siempre será el médico quien indica en qué momentos y en qué cantidad se debe suministrar el oxígeno.