Pese a mi perseverancia, la falta de constancia gana siempre la batalla, así que a estas alturas y yo sin publicar.
Vamos a empezar con algo relajado, pausado, alejado de los excesos navideños, y con un espíritu muy zen.
Aquí te muestro una pequeña cabaña en medio de un precioso jardín japonés.
Con qué propósito está construida, donde está, es algo que desconozco, de donde vienen las imágenes no me cuentan nada. Pero si indago un poco más... encuentro.
Y resulta que está en Holanda, fue creado por un apasionado de la cultura japonesa, y la cabaña está hecha (por él mismo) con materiales reciclados a imagen de una casa de té. ¡Increíble!
➳ ¿Qué podemos aprender de estas imágenes?
- Primero, percibir cómo nos hacen sentir. Trasladarnos mentalmente a ese sitio e imaginar cómo nos sentimos ahí.
- Segundo, observar. Qué predomina, qué es protagonista.
- Tercero, observar más aún. Qué falta... Fijarnos en la paleta de colores, en los detalles, en la disposición de los elementos, etc.
➳ Respondiendo a estas cuestiones, verás qué nos hace falta, qué tenemos que hacer si pretendemos reflejar este estilo en casa.
- Me transmite frescura, paz, serenidad, naturalidad, simplicidad, conexión... Es un ambiente que ayuda a encontrar el equilibrio personal, que facilita la meditación y el relax.
- Lo que predomina es la madera. Los materiales naturales: madera, piedra, bambú, cerámica, gres, lana... Y naturaleza.
- Sólo está lo imprescindible. Todo lo superfluo es eliminado, todo lo innecesario desaparece. Los objetos tienen siempre alguna utilidad, y son sencillos. Están donde se los necesita, y son tan hermosos que no se esconden. La luz es natural, y la que no, es poca, puntual y cálida. Los colores son los propios de los materiales, excepto los de la cerámica vidriada, pero que también va a ser en colores naturales, marrones, verdes...
Entonces, ¿te ves capaz de llevarlo a cabo en tu casa?
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Bueno, ya sabes, si necesitas ayuda... aquí estoy para asesorarte.
¡A disfrutar!