Pablo Ruiz Galán. Estampa, Matadero
Desde la última edición de la Cibeles Fashion Week, en la que Ego le sirvió como escenario para presentar su última colección, New Life, su nombre se ha hecho eco con más fuerza que nunca en el panorama de la moda española. Y es que, la particularidad de su caso lo merece.Pablo Ruiz Galán decidió que quería seguir una línea diferente del diseño, adaptada a las condiciones que nos rodean, y alternativa al método de producción textil tradicional. Comenzó recolectando ropa usada de su propio armario, y después pasó a pedírsela a su entorno más cercano. Así, este madrileño de tan solo 27 años, ha logrado revolucionar el mundo de la industria textil nacional a base de reinventar y rediseñar basura, en el sentido literal de la palabra. Sus productos, arquitectónicos y cuidados hasta en el más mínimo detalle, se han convertido en exponente de la belleza que puede llegar a construirse a base de pura destrucción, fruto de una creatividad sin límites. Por ello, no me lo pensé dos veces cuando a mi puerta llamó la oportunidad de conocerle. Un Pablo cercano y humano me recogía en la entrada de la sala de exposiciones Matadero de Madrid -en la que contaba con su propia sección en la vigésima edición de la mítica feria de arte impreso Estampa-, y me llevaba a su territorio, aquel en el que se siente como pez en el agua, entre los esqueletos más representativos de su proceso de creación. Nimias muestras de sus patrones y prendas de ropa, en un ambiente diáfano y minimalista, dieron pie a una entrevista aficionada definida por ingentes dosis de arte, condensadas en una historia cualquiera, de un chico cualquiera, que mutó de soñador a creador a base de constancia y confianza en sus posibilidades. Minutos dilatados marcaron el transcurrir de una esfera de inspiración desmedida, en la que la creatividad era la regla, y la seguridad la norma.Photos by Nieves Muñoz
Él afirma que "es justamente en las situaciones más adversas, cuando surgen los mejores artistas". Yo creo que estamos ante un claro ejemplo de ello, en el que queda de manifiesto que se pueden hacer grandes cosas con muy poco, y que las ganas, la ilusión y la capacidad son suficientes para alcanzar todo aquello que te propongas, conquistando al mundo en el intento.N.
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