Ahora que los niños aún no tienen cole, no es extraño recibir a los abuelos en consulta llevando a remolque a sus nietos. Ayer, recibo a una señora por primera vez. Me cuenta que ya no sabe lo que le duele más, si la cadera, los riñones o las cervicales. A su lado, se sienta su nieta: una niña morenita con dos preciosas coletas de unos 8 años. Su abuela sigue hablando de tratamientos que no le han ido bien, otros que sí pero no han llegado a aliviar del todo, cuando una voz de pito la interrumpe: - ¿Puedo decir algo? - me pregunta la niña - Claro, guapa, ¿qué pasa? - Pues verá, doctora, es que yo creo que lo de mi abuela es el tendón.
Con dos cojones.