Sin embargo la realidad es que muchas familias recurren a las palomitas de maíz que se hacen en el microondas porque es la opción más rápida y sencilla, a pesar de que dicha opción es la más perjudicial por su alto contenido en sal y en grasas.
Una buena alternativa para comer palomitas de maíz sanas es emplear máquinas de aire caliente, un sencillo electrodoméstico que podemos encontrar muy barato en web de anuncios clasificados, o bien comprar de primera mano en nuestra tienda habitual.
Aditivos en alimentos
En fechas recientes la FDA, una administración encargada del control de alimentos y medicamentos en Estados Unidos ha anunciado su intención de prohibir los aditivos a este tipo de productos, algo que supondría todo un reto para los fabricantes, pero que sin duda redundaría en un notable beneficio para la salud de los consumidores.
Muchos fabricantes y consumidores pueden ser reacios a la prohibición de ciertos aditivos, pero la FDA ha declarado que este cambio en la normativa podría contribuir a salvar más de 7.000 vidas anualmente.
Los aceites parcialmente hidrogenados son la principal fuente de grasas trans y se han venido empleando en las palomitas de microondas por su alto grado de fusión, es decir, por su capacidad para mantenerse sólido hasta que se calienta la bolsa y hay que convertir ese maíz en palomitas.
Palomitas de maíz con grasas trans
Hay consumidores que aún lo ignoran, pero es importante saber que las palomitas de maíz de microondas son una fuente importante de ácidos grasos trans, un tipo de ácido graso insaturado que solemos encontrar en alimentos elaborados de forma industrial, que incrementan en nuestra sangre la concentración de LDL (lipoproteínas de baja densidad o colesterol malo) y al mismo tiempo disminuyen el HDL (lipoproteínas de alta densidad o colesterol bueno), lo que nos expone a un mayor riesgo de sufrir una enfermedades cardiovasculares.
Estos aceites hidrogenados además suelen aportar sabor y textura en la boca, por lo que reemplazarlos no esta tarea fácil, ya que el fabricante se arriesga de perder clientes si el resultado no es apetitoso.
La buena noticia es que ya hay fabricantes que han tomado conciencia, y si nos fijamos o buscamos bien, encontramos palomitas de bolsa que evitan o limitan en gran medida el uso de este tipo de grasas. En Estados Unidos cada vez se tiene más conciencia, y de hecho en ciudades como Nueva York hasta han prohibido el uso de grasas trans en los restaurantes.