Acertar en un uso es todo una prueba de buen gusto. Por supuesto que ir con pamela a una boda dependerá del tipo de ceremonia y sobre todo de cuando se celebra. No hay cosa más ridícula que usar sombreros por la noche y las pamelas se utilizan para protegerse del sol. Es más, el protocolo indica incluso el periodo de tiempo en el que deben llevarse, del 15 de marzo al 15 de octubre.
Me gustan para atuendos informales. Las hay de sinamay, rafia o lino y en varios estilos: la pamela clásica o la de plato que es la más de moda actualmente. Es cierto que cómodas no son sobre todo para la gente de tu alrededor y tampoco hay que pasarse con su volumen. Una pamela nunca debe sobrepasar el ancho de tus hombros. Se trata de compensar mejor tu figura y no producir un efecto seta.
La pamela también tiene su propio
dress code. Se aconseja su uso con faldas tipo midi, aunque por encima de la rodilla también me parecen ideales. El pantalón mejor si es ancho y de tejido vaporoso. Si optamos por llevar pamela en una boda es obligado el uso de guantes. Pueden llevarse puestos o en la mano. Y lo más chic es apostar por un color que rompa el cromatismo del conjunto: si vestimos estampados pues pamela de tono discreto y si optamos por un color de vestido más apagado la pamela puede ser de color más intenso. Pero si elegimos pamela para nuestro día a día el dress code es mucho más relajado. Me gustan con vestidos vaporosos y sandalias de plataforma y en general con faldas con volumen como las de Atlantic Pacific a la que parece le encanta este complemento.