Es época de calabazas y se prestan a todo tipo de preparaciones:
cremas, asados, guarniciones, panes...
Pues en esta ocasión, será el pan de calabaza el protagonista.
Un pan dulce, lleno de sabor y aromas y con una original y bonita presentación.
¿No apetece encender el horno, y ponerse de inmediato con la receta?
- 400 g. de calabaza cocida
- 400 g. de harina de fuerza
- 5 g. de levadura seca de panadería
- 150 g. de panela (o azúcar moreno)
- 30 g. de aceite de oliva virgen
- una pizca de sal
- 100 g. de semillas de calabaza
- Cocer la calabaza en el microondas o en el horno sin agua, hacerla pure y dejar que enfríe.
- Poner en un recipiente amplio la harina, levadura y azúcar, y añadir el puré de calabaza.
- Mezclar bien todos los ingredientes, e incoroporar la levadura. Volver a mezclar y sin amasar, ya que es una masa muy pegajosa, dejar reposar en el bol tapado con film, unos 10 minutos.
- Pasado este tiempo, volver a mezclar y dejar de nuevo reposando otros 10 minutos. Repetir estos pasos, hasta que la masa haya adquirido elasticidad.
- Cuando la masa haya desarrollado el gluten y esté elástica, sacar a la mesa de trabajo y amasar procurando no incorporar harina. Si es necesario, untar la mesa y las manos con aceite.
- Una vez que esté bien amasada, meter en el bol untado de aceite. Tapar con papel film, y dejar levar hasta que suplique su tamaño.
- Cuando haya levado, extender la masa, incorporar las semillas de calabaza y amasar de nuevo hasta que estén bien integradas.
- Cortar porciones de unos 40 g, formar bolas con cada una de las prociones y atar con bramante mojado en aceite para que no se pegue a la masa, dando forma de calabaza, y procurando que la cuerda no quede muy apretada ya que al levar, las marcas quedarán demasiado pronunciadas.
- Dejar levar y una vez levadas, pintar con huevo batido, procurando no pintar el bramante.
- Meter en horno precalentado a 140º durante 10 minutos, y pasado este tiempo, bajar la temperatura a 200º y cocer 15 minutos más, o el tiempo necesario hasta que se vea que están doradas y que al golpear en su base ésta suena a hueco.
- Sacar del horno, y dejar templar sobre una rejilla metálica.
- Meter a calentar en el microondas la miel y el agua.
- Quitar las cuerdas cuando estén templadas, y pincelar con el aguamiel para darles brillo.