El horno de leña hace que el pan tenga un sabor característico a brasas, dorado y super crujiente por fuera, mientras que por dentro la miga es tierna, esponjosa y densa, me recuerda mucho a los panes que se vendían antiguamente en los pueblos.
La espelta es un cereal muy energético, ya que sus nutrientes principales son los carbohidratos, aunque aporta menos calorías que la harina de trigo, lo importe es su alto contenido en proteínas de elevado valor biológico con aminoácidos como la lisana, un aminoácido esencial que debemos introducir en nuestro menú diario.
INGREDIENTES
400 gr. harina de espelta integral200 gr. harina de fuerza1 sobre de levadura de panadería en polvo3 cucharadas de aceite de OVESemillas de lino (un puñado)Tomillo picado (un puñado)Sal 350 ml. agua tibia
1. Ponemos en un cuenco las harinas y la sal. Hacemos un hoyo en el centro y añadimos el aceite y la levadura.
2. Vamos añadiendo agua poco a poco, mientras mezclamos todo hasta que se haya absorbido el agua.
3. Añadimos las semillas de lino, y amasamos durante cinco minutos.
4. Hacemos una bola con la masa, y dejamos reposar en un lugar cálido durante 40 minutos.
5. Pasado ese tiempo desgasificamos la masa, damos forma al pan, hacemos unos cortes diagonales, y volvemos a dejar reposar hasta que doble su volumen, otro 40 minutos.
6. Mientras la masa reposa, preparamos el horno de leña, haciendo unas brasas, hasta conseguir una temperatura de 200º.
7. Horneamos durante una hora, cuidando de que no se dore demasiado, yo al final del horneado, he bajado la temperatura a 100º, para que termine de hornearse bien por dentro y no se queme por fuera.
8. Podéis hornearlo en horno convencional, a 200º, durante 40 minutos aproximadamente, calor arriba y abajo.
* Sed generosos con las semillas de lino y el tomillo, le dan un toque especial a este pan tan rico.