después de haber hecho un pan que es un espectáculo, con harina de castaña que trae de Galicia,
me ha regalado este tipo de harina para que yo disfrute de algo tan suculento.
Tanto ella como yo, somos dos enamoradas de las harinas y de los panes y en nuestras cocinas,
el pan en multitud de versiones diferentes, nunca falta.
Ninguna de las dos somos profesionales en esta materia, pero si que disfrutamos de una forma muy especial metiéndonos en harina (nunca mejor dicho), y nos produce gran satisfacción poder ofrecer a los nuestros,
estas pequeñas exquisiteces, de modo que, como no podía ser de otra manera,
he copiado su receta, que me ofrecía todas las garantías,
y he aprovechado, ya que estamos en época de castañas, de añadir el delicioso fruto entre sus ingredientes.
El resultado: un pan de corteza crujiente y miga tierna, densa, suave... ¡¡Soberbio!!.
Gracias amiga por tantas cosas....
- 90 ml. de nata
- 230 ml. de leche
- 25 g. de levadura prensada de panadero
- 15 g. de miel
- 100 g. de azúcar (si no se quiere hacer relleno de castañas, eliminar el azúcar para que no resulte un pan dulce, y añadir 10 g. de sal)
- 300 g. de harina de fuerza
- 150 g. de harina de castañas
- 25 g. de mantequilla en dados
- una pizca de sal
- 200 g. de castañas cocidas
- Templar la nata y la leche y añadir la levadura desmenuzada.
- Incorporar la miel y el azúcar y revolver la mezcla.
- Echar la mitad de las harinas y amasar hasta que se integren todos los ingredientes.
- Continuar añadiendo el resto de la harina, junto con la sal, y seguir amasando al tiempo que se va incorporando la mantequilla poco a poco.
- Cuando se tenga una masa suave y manejable, formar una bola, meter en un recipiente untado de aceite, y tapar con film para evitar que se forme costra.
- Dejar levar hasta ver que la masa ya está bien crecida (yo amaso por la noche y la dejo hasta la mañana siguiente en el frigorífico. Cuando llega la mañana, está así de crecida).
- Echar la masa sobre la mesa de trabajo un poco enharinada y desgasificar aplanándola.
- Incorporar las castañas cocidas y en trozos grandes en el centro de la masa, dejando un círculo libre alrededor.
- Cerrar la masa doblando los bordes hacia el centro y sellar muy bien las uniones para que no se abra al cocer.
- Como el relleno es abundante, es conveniente meter la masa en un banetone para que conserve la forma, dejando la unión del cierre hacia arriba, para que, al darle la vuelta en la bandeja del horno, ésta quede hacia abajo, y así evitar que se abra la masa. Dejar levar en el banetone, hasta que duplique su tamaño.
- Cuando la masa haya levado, volcar sobre la bandeja de hornear y darle un corte muy ligero sin llegar al relleno, para que no se salga éste al cocer en el horno.
- Meter en el horno precalentado a 200º unos 30 minutos, o hasta ver que ya tiene un color bien dorado y que al golpearlo con los nudillos por la base, ésta suena a hueco.
- Sacar del horno y dejar que se enfríe totalmente sobre una rejilla.