Lo malo (¿o quizás lo bueno?) de haber sido adjunta antes de ser de nuevo residente es que sabes que los adjuntos no son seres todopoderosos, sabes que no lo saben todo (aunque ya te gustaría saber lo que ellos), que se están acordando de toda tu familia por hacerles precisamente esa pregunta y sabes que la mayor parte de las veces, preferirían no tener un residente con ellos y, aun así, hacen de tripas corazón para enseñarte. Un adjunto es el resultado de un conglomerado de experiencias y una residencia mejor o peor. En otras palabras, un adjunto es alguien con mucha miga. Lo que acompaña a esa miga es lo que hace que sea un adjunto deseable (¡Qué suerte, hoy estás con...!) o indeseable (¡Mi más sentido pésame, hoy estás con...!). Así pues, como los bocatas, yo tengo :
Adjuntos vegetales: Superlights. Parecen apetecibles, pero te quedas siempre con la sensación de vacío en la boca del estómago.
Adjuntos de calamares: Sabrosos en conocimientos. Hábiles en técnicas. Pero pesados como un tanque de guerra a pedales. Necesitas Omeprazol para sobrevivir. Es cuestión de estómago.
Adjuntos con chocolate: Parecen simples, pero guardan dentro un tesoro. Y su sabor es infinito. Una vez los conoces, no quieres otro.Adjuntos de tortilla de patatas: Salerosos, sabrosos y directos. Combinan con todo: con regional, con pediátrica, con cardiaca, con la recu, con pimientos, con atún...Son los mejores. Pero es difícil encontrar una buena tortilla de patata.
Adjuntos de pollo con todo: Has cargado así la medicación. Pollo. No la has cargado así. Pollo. Si has hecho la técnica A. Pollo. Si has hecho la anti-A. Pollo. Total: pollo con todo.Adjuntos de catalana: Ideales para el R1. Un sabor apetecible y sabroso, pero que se repite.
Adjuntos de pavo con queso: El equilibrio de lo sano y el sabor. Saben sus limitaciones y las asumen.
Viéndoles (a todos) le entra a una complejo de pulguita.
Dedicado con cariño a mis adjuntos, de los que aprendo cada día, lo que hay que hacer y lo que no. Ojalá pudiera estar a bocadillos más de dos años.