El simbolismo de los doce dioses deriva de los patrones astrológicos del calendario solar, que se consideran factores constantes para la organización de la Humanidad en períodos específicos.
El número 12 se encuentra en la adoración, en el mito y en el arte. Aparte de la antigua Grecia , eran venerados varios grupos de doce dioses en Egipto, Babilonia, Asiria, Caldea y en Elam -el actual Juzestán del suroeste de Irán, así como entre los hititas, los romanos y las tribus germánicas del norte. Incluso en el cristianismo, los discípulos de Jesús eran 12.
Los dioses, mediante sus actitudes, daban a las sociedades clásicas el ejemplo de unidad e integridad. Las deidades aparecen en pares de elementos heterónimos o de formas complementarias entre sí, y por lo tanto, se incorporan a las actividades de la humanidad. Platón clasifica su pensamiento político basado en el número 12. El Panteón grecorromano correspondía a los 12 símbolos mensuales del horóscopo, pero para los mayas, el zodiaco tenía 13 meses de 20 días cada uno.
Los emperadores, reptiles como K'ukumatz de los mayas en las tierras altas de Guatemala o como Quetzalcóatl de los aztecas en el centro de México, o incluso como el Minotauro de la Creta minoica, en el sur de Grecia, testifican que en el pasado remoto el soberano divinizado era donante de bienes, y poseedor de las fuerzas de la Creación y de la conservación. Se convierte en un tirano y hace de su reino teocrático -regido por unas estrictas estructuras sociales- un imperio comercial, donde cada individuo actúa por y para su propia riqueza. Es este el momento, cuando el Héroe toma la iniciativa de derribar el estatus de la sociedad a través de la regeneración prescrita por la ley de la naturaleza.
Aunque los mayas hablan de un solo dios, a quien llaman Junab Ku, que lo consideran inmaterial y todopoderoso (como en la tradición judeocristiana), el dios supremo para ellos es Itzamná, el que se representa en los códices como un anciano con nariz de tipo "romano". Es el inventor de la escritura y mecenas de las ciencias.
Su esposa, Ix Chel, es la antigua diosa de los textiles, de la medicina y del parto. Era una antigua deidad lunar, al igual que la diosa Hera en la Grecia clásica. Su cabello serpentino y sus garras nos hacen compararla con la Madre de los Dioses, la Coatlicue de la cultura náhuatl de los aztecas, cuyo nombre significa: "la del vestido hecho con serpientes".
Itzamná e Ixchel, cuyos nombres significan "Casa del Lagarto" y "Arco Iris Noble", respectivamente, son los progenitores de los demás dioses del Maya'etik -el país de los mayas, en Guatemala.
El dios solar K'initz Ajaw -que se compara con Karaí de los guaraní fue una de las transfiguraciones de Itzamná. Durante su viaje nocturno bajo la Tierra, se transforma en un jaguar (ocelote) divino.
Se dice que Ix Ch'up -una diosa lunar semidesnuda- es la forma tardía de Ixchel y también compañera de K'initz Ajaw.