El agua es ideal para estas funciones renales. También los caldos e infusiones (manzanilla, tila, poleo-menta) son perfectos y nos ayudan a la limpieza e hidratación de nuestro organismo.
Podemos decir que el agua:
- No contiene calorías, ni carbohidratos, ni azúcar.
- Beber agua es una herramienta fundamental para perder peso, además reduce el apetito, sobre todo si te bebes un par de vasos cuando sientes que tienes hambre.
- Te ayuda a mejorar tu aspecto físico. Bebiendo agua tu piel se verá tersa, hidratada, con luminosidad, radiante y contribuye a ralentizar el envejecimiento.
- Mejora tu forma física. La deshidratación puede reducir tu capacidad para hacer ejercicio. Si bebes agua, antes durante y después del esfuerzo físico notarás una mejoría en tu actividad.
- La digestión se ve mejorada y previene el estreñimiento. Si bebes con frecuencia agua, las digestiones serán mejores y la eliminación de deshechos se verá favorecida.
- El riñón trabaja con menos esfuerzo y cumple mejor sus funciones si recibe suficiente aporte de agua. La orina es más abundante, diluida y de color claro.
Por todas estas razones los trasplantados (y toda la población en general) debemos tener el hábito de beber agua diariamente, para mantenernos saludables y evitar la deshidratación, sobre todo en época estival.
Lo que no debemos beber, o hacerlo puntualmente, son refrescos y zumos azucarados, abusar del café y tomar bebidas con alta graduación en alcohol. Tampoco es necesario hacerlo de forma estricta, pero siempre con moderación, a excepción del alcohol de alta graduación que los enfermos renales debemos evitar a toda costa.
Un café por la mañana y otro al mediodía, o algún refresco de vez en cuando, tampoco te van a hacer ningún mal. El consumo de cerveza o vino tiene que realizarse con mucha moderación, a no ser que se padezca del hígado o el médico lo prohíba por completo. Siempre preguntaremos a los nefrólogos porque cada caso es diferente.
Un consumo excesivo de refrescos y zumos azucarados conducen a una dieta desequilibrada, son adictivos, no son buenos para una buena hidratación, sólo nos aportan calorías vacías, incrementan el riesgo de sufrir obesidad y diabetes... Estos son algunos de los muchos motivos que hay para evitar tomarlos.
Así que ya sabéis, a beber agua ... a hidratarse y a sentir el agradecimiento de nuestro riñón.
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