No me lo puedo creer. Tiene que ser una broma. El caso es que ya lo he visto en varios sitios. Es real.
Seguro que lo habéis visto también y no os lo habéis creído. Es muy fuerte: se han puesto de moda las zapatillas blancas. Sí, sí. Las de toda la vida. Pero no para llevarlas en plan sport. No, no. Lo último (o penúltimo) es ponérselas con ropa arreglada, dando así un toque informal al look. Sporty chic, lo llaman. O más bien, el chándal con zapatos de tacón de toda la vida, pero al revés.
Ahí están las imágenes. Vestidos glamourosos, faldas vaporosas, pantalones ideales, todo combinado con unas zapatillas blancas impolutas. ¡Pero si esas zapatillas las llevan mis hijos al cole! Con chándal eso sí. Y de impolutas tienen poco. Eso también.
En el fondo, debería estar encantada. ¡Es comodísimo! Adiós tacones, hola bambas. Ya sólo me queda convencer a jefes y compañeros de oficina. Hay que modernizar la empresa. ¡Empecemos por los pies!
Me pregunto a quién se le habrá ocurrido la idea. ¿Quién lanza estas tendencias? Debe ser un trabajo divertidísimo. Te puedes inventar mil cosas y la gente lo hace. Eso sí, un día te pilla de mal y humor y hala, ¡que se fastidien todas y se pongan sandalias de tacón de aguja con calcetines! Seguramente la idea de las zapatillas le vino a una diva de la moda con los pies llenos de juanetes viendo a sus hijos, tan cómodos, ir al cole vestidos como los míos. Y es que los niños son una fuente de inspiración. Oh no. Lo que me acaba de venir a le mente. No, por favor. Espero equivocarme. Que las tendencias no las marquen los críos. Porque entonces ya nos veo a todas vestidas de la princesa Elsa de Frozen. Glups. La de la foto, una it girl según dicen, va por ese camino.