Dar utilidad al espacio creado en general, es conectar con esa inercia que nos hace rastrear las hondonadas de nuestro devenir situándonos en contacto con la realidad. Cuando ejercemos ese reconocimiento estamos entregándonos a un sentido de permanencia asociado al espacio físico o a la materia en que habitamos.
Efectuamos un flujo constante de comunicación al interactuar con el medio, por tanto, estamos fecundando continuamente dicho espacio en una creación propia adaptada, autosuficiente que cerrada sobre sí misma, vive del ejercicio de la inteligencia, o ingenio creador, buscando porque necesita encontrar respuestas y soluciones. En definitiva, busca con tenacidad los criterios que nos permitan expresar y orientar, tanto los sentimientos, como las ideas.
De igual modo, la gestión del Branding corporativo, puede desarrollar sus espacios creativos dirigiendo sus aplicaciones de Marketing de Experiencia sobre elaborados eventos para destinar dicha técnica y actividades a conseguir la rentabilidad de objetivos que redunden en su marca, y por extensión, en la permanencia de su audiencia en la misma.
Los espacios creativos se ocupan del marco de encuentro donde se decide el límite del proceso creador, se inventan proyectos, se negocia, se piensan valores, se evalúa, es una labor en la que el conocimiento, las emociones, la información y el sentimiento vuelven a trenzarse para satisfacer las necesidades del usuario motivadas por el deseo ante el valor funcional ofrecido, el cual, influirá en la pervivencia del valor reputacional responsable con la sociedad de tal entidad.