Las pruebas siguen restringidas a
las personas con síntomas y no llegan lo suficientemente lejos, por ello debemos
evaluar a personas sin síntomas que se encuentran en grupos de alto riesgo,
como contactos cercanos, evacuados de otros países y trabajadores de la salud. Actualmente,
solo las pruebas de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) están ampliamente
disponibles, pero los análisis de sangre (serología) deberían estar disponibles
pronto. Las pruebas de PCR tienen algunas deficiencias. Los frotis de garganta
en particular pueden dar un falso negativo, por lo que puede ser necesario
repetir la prueba en alguien que parece tener COVID19. Una muestra de hisopo
nasal o esputo (flema) es más probable que sea positiva en una persona infectada.
Las pruebas de PCR solo serán transitoriamente positivas, mientras que la
serología seguirá siendo positiva una vez que haya sido infectado. Las pruebas
rápidas en el punto de atención que usan un hisopo y tienen resultados
disponibles en 45 minutos son especialmente útiles en brotes en entornos
cerrados, como prisiones. Las tomografías
computarizadas de tórax se tienen que usar para un diagnóstico rápido debido al
problema de la PCR. Para que las medidas de distanciamiento social sean
exitosas, deben ir acompañadas de un criterio de prueba ampliado para
garantizar que cada nuevo caso pueda identificarse rápidamente. Es esencial que
podamos identificar todos los casos antes de quitar el freno a los bloqueos establecidos.