La parafilia por excelencia es el fetichismo; esto es, la tendencia a depender de algún objeto como estímulo sin el cual la persona no es capaz de alcanzar excitación o gratificación sexual.
En algunos casos sirven sencillamente como refuerzo de la excitación conseguida por medios ordinarios como pedirle a la pareja que lleve una determinada vestimenta.
Las f antasías fetichistas son frecuentes, pero no conforman un trastorno a no ser que las conductas ritualizadas sean tan apremiantes e inaceptables que interfieren con la relación sexual y causan malestar ( egodistonía).
El fetichismo se presenta casi exclusivamente en varones.
El exhibicionismo es la tendencia a exponer los órganos genitales a extraños en lugares públicos sin incitar o intentar un contacto más íntimo.
Normalmente suele darse excitación durante el tiempo de exposición y suele terminar en masturbación.
La escoptofilia o voyeurismo es la tendencia persistente a mirar a personas comprometidas en una actividad íntima.
Otras parafilias serían el transvestismo fetichista, la paidofilia y el sadomasoquismo.
El ser humano es complejo. Nada es más enigmático que tratar de hallar las motivaciones ("pulsiones") que descansan en la personalidad de personas con tendencia a excitarse u obtener placer solo ante el estímulo de menores o con tendencia a obtenerlo ante la violencia recibida o actuada sobre otro.
Nuestro papel es aún mas complejo en realidad. Más allá de lo que nos mueve o de nuestra moral, debemos aplacar el juicio e intentar acercarnos a esas mentes que pueden llegar a sufrir y a hacer sufrir