Hace ya más de 10 años que fui de viaje a Siria.
De ese viaje guardo muchas cosas, entre ellas el recuerdo de los increíbles mosaicos de la mezquita de los Omeyas.
Hice infinidad de fotos, entonces no tenía cámara digital y lo que tengo es un montón de diapositivas, así que las fotos que hay por aquí son todas de internet.
Las fotos no dan una idea de la majestuosidad de estos mosaicos, de la sensación de estar envuelto, rodeado de aquellas enormes paredes cubiertas por estas bellas imágenes, pero no a la altura de los ojos, sino mucho más arriba. Te cubren, y sin embargo te son inalcanzables.
Todas ellas son imágenes del paraíso. Se repiten, a lo largo de las enormes paredes, ríos y fuentes de agua, una frondosa vegetación y palacios.
"Dios ha prometido a los creyentes, hombres y mujeres, unos jardines regados por corrientes de agua. Es allí donde morarán eternamente. Él les ha prometido unas moradas deliciosas en los jardines del Edén." (Corán IX, 72).
"He aquí el jardín prometido a quienes temen a Dios: es un jardín regado por aguas vivas. Sus frutos son inagotables y sus sombras perpetuas. Éste es el fin de los creyentes." (Corán XIII, 36).
Los edificios son deliciosos, parecen cuadros cubistas.
Estos mosaicos me inspiraron cuatro obras.
No las pinté todas seguidas, quizá haya una diferencia de 4 años entre la primera y la última, pero todas ellas nacieron de la impresión que me causaron los mosaicos que visité en Siria.
En mis cuatro pinturas hay algo común, que las distingue de las imágenes del paraíso de la mezquita de los Omeyas. El agua ya no es una parte más de ese paraíso, sino que las contrucciones están sumergidas en este agua, y boca abajo, como si fueran un reflejo.
Sólo hay árboles en el segundo cuadro, que pinté en 2003. Éste es quizá el homenaje más intencionado de los cuatro.
Las dos últimas son obras sobre papel, hechas con gouache. Las pinté en 2005, con una diferencia de días, sin embargo son muy distintas entre sí.
El último es el más duro en cuanto a formas. Es muy diferente al resto de mis obras, todavía me extraña haber pintado algo así
En él, además de la ciudad sumergida-reflejo, está el tema del vuelo surcando el cielo.
Su título es "La línea del horizonte".