París, 1890. Rusiñol, Casas, Utrillo y Meifrén

Por David Di Stefano Pironti

Le Chat Noir


 En 1890 Eliseo Meifrén participa y gana la medalla de broncen la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid por su obra “Epílogo”, adquirida posteriormente por el Ministerio de Fomento para el Museo Nacional. En la misma Exposición  había presentado también su obra “Mi estudio”, cuyo boceto puedes ver reproducido en la bienvenida de este blog. Ese mismo año, en noviembre, expone individualmente en la Sala Parés de Barcelona más de 40 obras, consiguiendo éxito en ventas y en crítica. También en 1890, Meifrén viaja de nuevo a París, capital que ya conocía perfectamente desde su primer viaje en 1879. Sus amigos Santiago Rusiñol, Ramón Casas y Miquel Utrillo viven en un modesto apartamento dentro del Moulin de la Galette, en la calle Girardon de Montmatre. Eliseo se instala durante temporadas en un apartamento de la famosa Villa des Arts, en la calle Hégésippe Moreau. Esos mismos apartamentos que utilizaron Toulouse-Lautrec, Cézanne, Renoir, Signac o Théodore Rousseau entro otros artistas. Como podemos ver, el ambiente cultural de la capital francesa era un auténtico hervidero de arte, conceptos, técnicas e ideas. Uno de los puntos habituales de reunión de artistas e intelectuales fue Le Chat Noir, el famoso cabaret inaugurado en 1881. Según explica Josep de C. Laplana en su extraordinaria y exhaustiva obra sobre Santiago Rusiñol, Miquel Utrillo les presentó a todos ellos a un extraño personaje, un auténtico bohemio. 

Erik Satie por Suzanne Valadón 

Era el músico Erik Satie, pianista de canciones de moda en el Chat Noir, pero compositor de extrañas e intensas melodías que dejaron completamente impresionados y absortos a todos nuestros artistas. Adjuntamos un par de videos que seguramente nos harán entender el tremendo impacto, y más teniendo en cuenta la época, que les produjo la música de Satie. Un último apunte sobre la vida de este compositor. Satie mantuvo más tarde una relación con Suzanne Valadón, la artista impresionista madre de Maurice Utrillo (Miquel Utrillo lo reconoció como hijo suyo en 1891). Suzanne fue el gran amor de su vida, una vida extraordinaria de un hombre, para muchos un místico, que si bien es desconocido por el gran público, ha tenido una enorme influencia en la música del siglo XX.