Nunca he sido una persona que haya hecho grandes relaciones sociales, ni nadie que encajara ni en un grupo, ni con una persona en concreto. Ya os conté hace dos post una de mis experiencias personales sobre el tema. Siempre que creía haberlo conseguido, algún hecho u otro sucedía y yo pasaba a ser irrelevante, a estar en segundo plano, hasta desvanecerme del todo. Aunque no puedo negar que de esos momentos me haya llevado experiencias y personas que me han enseñado mucho.
El otro día, tras una buena charla, volví a darle vueltas al tema durante un buen rato. Supongo que por esto estoy escribiendo ahora mismo sobre un tema que no me apasiona, pues creo que es muy mío y, además, siempre que lo menciono, acaba cambiando la situación en la que me encuentro. Pero hoy me he preguntado ¿por qué no?
¿Por qué no contar que por fin, parece que haya encontrado un lugar donde pueda ser yo? El otro día, en la universidad, nos dijeron que teníamos que estar en el lugar y en el sitio adecuado, en el momento adecuado. Pues bien, creo que hace algo más de un año logré estarlo. Logré llegar a tiempo para subirme a un tren el trayecto del cual duraría, como mínimo, cuatro años. Pero no sabía qué me encontraría en sus vagones. No sabía qué ni quién me esperaría en ellos.
Y agradezco haber conseguido ese billete para subirme en él porque los compañeros de viaje no podrían haber sido mejores. Gente que se mueve por sus pasiones, gente que disfruta y gente que vive con intensidad. Gente que te hace sentir bien, que te entiende, que te hace reír hasta llorar, que te enseña día a día un poco más de ellos. Gente que respeta, gente que se hace respetar. Gente con la que el camino se hace más llevadero, con la que las cuestas se hacen menos pronunciadas y que te hace ver que las piedras que vas encontrándote por el camino, son pequeños granos de arena que te ayudan a ser alguien mejor.
Sé que no soy una persona fácil. Que a veces soy insoportable y que, más de una vez me merezco un buen tortazo. Que me preocupo demasiado por las cosas y que soy muy cabezota. Pero intento mejorar, intento aprender poco a poco. Y a esa gente que mencionaba antes debo agradecer que me aguanten, que me ayuden y que me hagan mejor persona. Que me hayan aceptado.
Supongo que mola encontrar a alguien con quien puedes compartir lo que te gusta sin que juzgue tus ideas, tus ideales y tus idas de olla, ¿verdad?
Por un futuro brillante. Gracias por haberos cruzado conmigo.